31.12.05

Naturalidad y sencillez

Deseables propósitos para este año que comienza. La sencillez y la naturalidad hacen que las personas sean especialmente agradables y amenas. Los individuos modélicos en estas probidades huyen del espectáculo y de la vanagloria, de los gestos falsos y teatrales; se hacen asequibles a los enfermos, a los desamparados y a todos los necesitados sin distinción de clases ni acepción de personas. Este tipo de gentes, no muy abundantes por cierto, además son humildes, es decir veraces. La humildad (andar en la verdad) es una virtud humana imprescindible para la convivencia.
Por otra parte, la sencillez exige, entre otras cosas, claridad, transparencia y rectitud de intención, que nos preserva de tener una doble vida. Requiere de una voluntad fuerte, que nos lleve a escoger el bien. Las gentes sencillas juzgan de las cosas, de las personas y los acontecimientos según un juicio recto y no por las impresiones del momento. Se reconocen como en realidad son y aceptan su propias limitaciones. Lo contrario de sencillo es ser complicado. En la convivencia diaria, toda complicación pone obstáculos entre uno y los demás.
La sencillez y naturalidad son valores humanos extraordinariamente atrayentes pero difíciles a causa de la soberbia, que nos lleva a tener una idea desmesurada de nosotros mismos, y a querer aparentar ante los demás por encima de lo que somos y tenemos. La pedantería, la afectación, la jactancia, la hipocresía y la mentira se oponen a la sencillez, y por tanto, a la amistad a las buenas relaciones de vecindad y no digamos en el ámbito de la familia. Seamos sencillos cuidando la rectitud de nuestras acciones. Así nos irá muy bien el año 2006.

21.11.05

Bosco Gutierrez

Nueve meses en un zulo de un metro por tres

"A mayor rechazo, mayor angustia"

La mañana del 29 de agosto de 1990, Bosco Gutiérrez besó a su mujer y a sus siete hijos, minutos después fue secuestrado. Vivió nueve meses en un zulo de un metro por tres, desnudo la mitad del tiempo. "Yo entiendo mi secuestro como si Dios me hubiera dicho: no te puedo volver a meter en el vientre de tu madre, pero te voy a meter nueve meses en un cuartito para que con tu inteligencia y tu memoria decidas cómo vas a vivir tu segunda oportunidad. Entendí con todo mi ser que mi tesoro es mi gente y no mi trabajo o mi cuenta bancaria. En el zulo lo hubiera dado todo por abrazar un minuto a uno de mis hijos. Desde entonces valoro a la gente por sus cosas positivas y no por sus errores". A los secuestradores no los cogieron, pero Bosco no ha tenido pesadillas. "Aprendí, fue muy positivo, no lo rechazo"

Tengo 48 años. Nací y vivo en México DF. Estoy casado, tengo nueve hijos y vengo de una familia de 14 hermanos. Estoy licenciado en Arquitectura. Mi postura filosófica y política se basa en lo que yo hago: una arquitectura en función del ser humano. Soy católico. He dado una conferencia en la UIC sobre la historia de mi secuestro

- ¿Cómo se sentía?

- Me tuvieron desnudo cuatro meses. Los secuestradores iban con capucha y jamás oí sus voces, se comunicaban por escrito. Después de tenerme tres días a oscuras me pasaron un interrogatorio: "Hasta que conteste no comenzarán las negociaciones".

- Contestó, claro...

- Les conté detalles de la vida cotidiana de mi familia y me sentí un traidor, me abandoné y me dejé morir. Trece días tirado en el suelo, haciéndome las necesidades encima.

- ¿Salió de ese estado?

- Uno de los guardianes me mostró un papel: "¡Viva México! (era el día de la independencia), puede tomar lo que quiera".

- ¿Qué pidió?

- Un gran vaso de Chivas. Me lo trajo, yo me arrastré para cogerlo porque estaba totalmente entumecido y me fui al rincón como un animal con su presa. "Esto sí lo voy a gozar", me dije. Entonces, el otro Bosco que hay dentro de mí comenzó a hablarme: "¡A ver si eres tan hombrecito!, ofrece el whisky".

- ¿Y?

- "Yo ofrezco estar secuestrado", dije. "Eso no depende de ti", contestó mi voz interior, y tiré el whisky por el váter. Me quedé pensando que había hecho una estupidez y me dormí. Cuando desperté, cogí el papel sobrante del interrogatorio y escribí: "Hoy gané mi primera batalla, no todo lo deciden ellos". Así empecé a recuperar la autoestima.

- ¿Cómo consiguió que creciera?

- Pensé que no sería muy diferente lo que yo le diría a uno de mis hermanos si estuviera en mi lugar y decidí escribir una carta como si el secuestrado fuera otro. Me puse en pie por primera vez en 19 días y recé.

- ¿Olvidó la carta?

- Sí, pero cuando acabé el rosario la vi dobladita junto a la puerta y me puse a llorar como un idiota: "¡Recibí una carta de mis hermanos, qué maravilla!", grité. El Bosco realista me decía: "Ya te volviste loco".

- ¿Qué ponía en la carta?

- "Éste no es un problema personal, es un problema familiar, y lo vamos a resolver en equipo, pero tú eres el que tiene el trabajo más importante: cuidar de ti mismo".

- ¿Abandonó el papel de víctima?

- Sí, entendí que mi trabajo era entregar mi cuerpecito perfecto al equipo. Así estructuré mi vida, que dividí en tres columnas: salud mental, salud física y aprovecha el tiempo incluso en esas circunstancias.

- ¿Cómo aprovechar el tiempo en un zulo?

- Lo primero era no volverme loco. Entendí que cuanto mayor fuera el rechazo más crecería la angustia, y decidí aceptar mi circunstancia, limpiar mi cuartito y controlar la imaginación. El tiempo lo medía a través de una cinta de música que ellos ponían para que no los oyera, todo el rato la misma.

- Eso es muy mortificador...

- Yo lo convertí en un instrumento. Vivía días de 32 casetes y acabé ajustando la fecha, esas conquistas mejoran tu autoestima. También pedí una dieta muy sencilla que le recomiendo.

- ¿. ..?

- Fruta tres veces al día, cereales por la mañana, proteína al mediodía y yogur por la noche. Corría una hora y media al día (tres casetes) y hacía un casete de abdominales. Pero estoy convencido de que el músculo más importante es la voluntad.

- ¿En qué pensaba?

- En mi madre, que había muerto tres años antes. Recuperé un recuerdo de niño, un sueño. Estaba en el infierno, y un tipo me gritaba: "Estas aquí por no haber ayudado a nadie, fuiste egoísta, y yo estoy aquí porque nadie me echó una mano. Si me hubieras ayudado, los dos estaríamos en el cielo". Mi madre, que era muy inteligente, me dijo: "Te acabas de dar cuenta de tu responsabilidad como cristiano, hay que ayudar a los demás".

- ¿Temía encontrar en el infierno a uno de los secuestradores?

- Pues sí, y que me dijera: "Te pudres en tu perfección, porque nunca pensaste que nosotros somos tan dignos y valiosos para Dios como cualquiera".

- ¿Y empezó a hacer apostolado?

- Recé por ellos y cuando llegó Navidad les pasé un papelito: "Señores guardianes, hoy es Navidad y no hay ni secuestradores ni secuestrado, todos somos hijos de Dios y a las ocho de la noche vamos a rezar". A esa hora abrieron la ventanuca de la puerta y vi a cinco encapuchados blancos en un fondo negro.

- ¿Qué les dijo?

- Les hablé de la humildad y les leí el evangelio. Al terminar, uno por uno me dieron la mano y experimenté la felicidad más grande. Salir de mí mismo y pensar en los otros hizo que me sintiera valiente y útil. "Arquitecto Bosco - me escribió uno de los secuestradores-, díganos de dónde saca usted la fuerza".

- ¿De dónde?

- Había perdido el miedo, sabía que mi vida no estaba en sus manos, sino en las de Dios. Los cinco meses restantes fueron de gran profundidad espiritual.

- ¿Tiene nostalgia de esos nueve meses?

- En cierto modo. La sociedad nos mueve a interiorizar poco, vivimos muy en la superficie, no tenemos espacio para reflexionar y por tanto poco crecimiento personal, de manera que tus relaciones con los demás son atropelladas, y tus actitudes, no ponderadas.

- ¿Cómo salió de allí?

- Temía que me abandonaran dejándome morir. Durante meses estuve fabricando una ganzúa con un muelle del catre. La idea era usarla si me abandonaban, pero quise probarla, abrí y no pude volver a cerrar. Me veía muerto. Avancé, pasé junto a un guardián que dormía y salté por una ventana.

IMA SANCHÍS. LA VANGUARDIA - 21/11/2005

2.5.05

El bautizo de una top model internacional

Se llama Raquel y acaba de ser bautizada. Hasta ahí sería un acontecimiento habitual. Lo que ocurre es que Raquel tiene 22 años, fue Miss Gipuzkoa en 2001 y Top Model International en 2003. Y aquí empieza lo infrecuente. Además, su bautizo fue en la catedral de El Buen Pastor en la noche del sábado al Domingo de Resurrección (25.III.2005), y oficiado por el Obispo de San Sebastián, José María Uriarte. «Soy modelo de profesión, pero muy pudorosa para mi vida privada», se justifica esta imponente mujer que estudia cuarto de Derecho en Donostia y alterna su residencia en San Sebastián con trabajos en Zinbawe o Estados Unidos. «Mi decisión de bautizarme es muy íntima, pero me han animado a contarla en público porque puede servir para que otros reflexionen», añade con una tenue voz que contrasta con su metro y ochenta centímetros de altura.

En una sociedad como la guipuzcoana no es habitual que haya adultos que decidan bautizarse. Y menos que sean modelos con pasado de miss. ¿Por qué ahora? «Mis padres eran católicos, pero cuando nacimos mi hermano y yo pensaron que era mejor esperar a que fuéramos adultos para que nosotros mismos decidiéramos si queríamos bautizarnos o no. Consideraron que era una elección muy íntima y que debíamos tomarla nosotros cuando tuviéramos criterio para elegir». Aquella opción de los padres levantó las protestas de los abuelos, partidarios de un bautizo «convencional».

Preocupada por los demás

Raquel estudió en un colegio laico y vivió ajena a la religión católica. «A los 17 ó 18 años tenía la misma empanada mental que todo el mundo a esa edad, pero fui teniendo algunas ideas claras», explica. Así, animada por su madre, empezó su andadura como modelo en la agencia donostiarra Firts Models, y al mismo tiempo inició los estudios de Derecho en la facultad de San Sebastián. En 2000 surgió la posibilidad de presentarse a Miss Gipuzkoa; participó en el concurso y lo ganó. «A partir de ahí tuve que compaginar la carrera y el trabajo de modelo con esfuerzo y la ayuda de los profesores, pero seguí adelante». Raquel Balencia fue subiendo peldaños y en 2003 ganó en Beirut el título Top Model International, que le abriría puertas en todo el mundo. Ahora sigue trabajando en diversos países, de la mano de una agencia barcelonesa, aunque «el mundo de la moda no me gusta nada: disfruto en la pasarela y disfruto viajando, conociendo países y culturas, pero las leyes internas de este universo me dejan muy fría», puntualiza.

Y en una vida de glamour, apariencia frívola y más cuerpos que almas... ¿cómo aparece la inquietud religiosa? «Siempre he alternardo mi oficio con cursos sobre cuestiones que me interesan. Hace unos años hice un curso de protocolo y conocí a algunas chicas de ISSA (Instituto de Secretariado de San Sebastián) a través de las cuales llegué a Rafael Hernández, capellán de la escuela. Yo estaba en ese momento muy preocupada por los valores humanos, por la necesidad de recuperar un bien esencial, que es ser buena persona con los demás. Conecté con don Rafael y le pedí que me diera una especie de catequesis, y al final decidí bautizarme, porque comprobé que los valores en los que yo creo son los valores de la religión católica».

Bautizo en el Buen Pastor

Así se fraguó un bautizo que cristalizó en la pasada Semana Santa. «Antiguamente era tradición que los adultos se bautizaran esa noche del sábado al domingo, porque es la noche de la resurrección de Jesús», explica Raquel Balencia. Y el Sábado Santo, a las diez de la noche, comenzó en El Buen Pastor la ceremonia presidida por el obispo y concelebrada por una decena de sacerdotes en la que también fue bautizado un ciudadano de procedencia árabe residente en Gipuzkoa.

«La iglesia estaba llena, porque además de nuestras familias estaban allí los fieles que acudían a la misa de ese día tan señalada», recuerda la miss. «Es un bautizo normal, con la diferencia de que en lugar de ser niños de meses somos adultos, y tuvimos que hablar ante la gente para explicar por qué tomábamos la opción de Jesús. Y te puedo asegurar que para mi es mucho más complicado dirigirme al público para hablar de una cuestión tan íntima que desfilar por una pasarela», agrega Raquel. Sus tíos fueron los padrinos.

¿Asume que no es frecuente ver a una modelo siendo bautizada? «Hace siglos era normal que la gente se bautizara siendo mayor, cuando ya tiene uso de razón y puede elegir su religión», argumenta. «Ahora estamos acostumbrados a que los bautizos se hagan de niño y por eso puede chocar mi decisión, pero el concepto de 'normal' es muy relativo, porque cada cultura, cada sociedad, cada pueblo, tiene sus costumbres y piensa que las raras son las del vecino», añade Raquel.

La modelo donostiarra explica que «no todo el mundo se bautiza por las mismas razones. Yo entro en la religión católica porque lo que predicó Jesús, la bondad, la ayuda a los demás, son mis valores. Y pienso que cuanto más bien haces al prójimo, mejor te trata la vida». ¿Cómo han recibido sus compañeros del mundo de la moda su «conversión»? «Pues la verdad es que la mayoría se enterarán leyendo este periódico, porque yo hablo muy poco de mí misma. Si he aceptado contar esta historia es porque me han animado. Quizás hay gente desorientada que puede ver la luz al conocer mi evolución», dice con timidez. «La moda es un mundo complicado. Yo empecé muy jovencita y tuve la suerte de tener al lado a mis padres, que me ponían los pies en el suelo y no dejaban que me lo creyera del todo. Y además, siempre he entendido que una cosa es el trabajo y otra mi vida. Procuro separarlas bien».

Raquel Balencia, mientras tanto, sigue su vida. Continúa los estudios de cuarto de Derecho, en verano trabajará en Tailandia y Barcelona y, siempre que puede, se escapa a bailar tangos o hacer surf en la playa.

¿Y el futuro? «Me gusta el mundo de las relaciones internacionales. Cuando termine la carrera me encantaría hacer un master en ese campo en Estados Unidos, y luego, ya se verá». A corto plazo le espera, en mayo, la Confirmación. Antes de terminar, y aunque sea una miss bautizada, hay una pregunta obligatoria según los manuales periodísticos a una mujer así. ¿Tiene novio? «Eso prefiero guardármerlo para mí. Pero sí puedo decir que vivo muy contenta...».

Publicado en Diario Vasco
2 de mayo de 2005