5.2.09

Vela al Santísimo. Febrero

En el año 1989 hubo un fuerte terremoto en San Francisco (Estados Unidos), y ¡sorprendentemente!, las casas que más aguantaron no fueron las más bajas, sino los rascacielos, porque estaban preparados para los terremotos. Y las casas más antiguas, de poca altura, se vinieron abajo todas.

Jesús nos dice en el Evangelio -con una parábola- que hemos de construir bien nuestras vidas. Dos hombres construyeron su casa, uno sobre arena y otro sobre roca. Cuando vinieron las tempestades y las tormentas, el primero vio cómo todo lo que había hecho hasta el momento con gran esfuerzo y sudor se le venía abajo porque había construido sobre arena, sobre un fundamento frágil. Al segundo, que le costó el mismo trabajo que al primero la construcción de la casa, vio como sus esfuerzos eran compensados. Su casa aguantó. Quizás era menos bonita, pero más resistente (Mt 7, 24-27).

Construir nuestra vida sobre arena es fácil y cómodo, pero a la larga es muy peligroso porque lo que construimos no aguanta nada.

Construir sobre roca cuesta más, pero es mejor. Hacer un edificio alto a prueba de terremotos es algo costoso, que exige tiempo, dinero y expertos. Levantar un rascacielos de mala calidad es una tontería.

Vivir sin una base firme, sin saber quién soy, de dónde vengo, a dónde voy, porqué hago las cosas… es algo triste, que genera insatisfacción, inseguridades y preocupaciones.

¿Por qué hago yo las cosas? ¿Qué busco?
¿Tengo objetivos para demostrarme y demostrar a los demás de lo que soy capaz?
¿Me muevo por lo más fácil, por el quedar bien, por estar “a gusto”… o me muevo por algo mejor: servir, darme a los demás, ayudar a las personas que están a mi lado?
¿Busco la gloria de Dios, o la mía?
¿Mi fuerza es mi voluntad, o mi fuerza es el Señor?
¿Me preocupo de cosas serias y que merecen la pena (estudiar y aprovechar el tiempo, ser una buena hija, una buena amiga)… o tengo la cabeza llena de pequeñeces y tonterías que me impiden estar alegre?
¿Sobre qué estoy edificando mi vida, sobre la vanidad de ser la mejor, sobre el placer, del tipo que sea, sobre el quedar bien? Eso es construir sobre arena.

Jesús: yo soy tu hija, y quiero que todo lo que hago sea para darte gloria, para agradarte, para tenerte contento y para ayudar a las personas que me rodean.

Jesús: Tú eres mi roca firme en la que quiero apoyarme para construir mi vida.