14.4.09

Educar en la fe

Educar en la fe

Los padres colaboran en la transmisión de la vida natural y también de la vida sobrenatural. Los hijos son hijos de su cuerpo y también de su alma: de sus convicciones, de sus afectos, del sentido que dan a la vida, de su cultura, de sus ambiciones humanas, de su proyecto existencial.

Educar se identifica con enseñar, acompañar, ir delante, ayudar a abrir camino.

Tener fe es, en cierta manera, una opción. Elegir entre dos modos de ver la vida. Ambos modos –vivir con fe o sin ella– se presentan como dos posibilidades coherentes. Los hijos, en este aspecto, optan por lo que ven en los padres.

El Concilio Vaticano II señaló que “la madre nutricia de la educación es ante todo la familia: en ella los hijos, en un clima de amor, aprenden juntos con mayor facilidad la recta jerarquía de las cosas, al mismo tiempo que se imprimen de modo como natural en el alma de los adolescentes formas probadas de cultura a medida que van creciendo”.

Fe y coherencia de vida
Educar en la fe no es dar sabias lecciones teóricas. No son clases magistrales. Mejor, es como una clase práctica que empieza cuando los hijos aún no saben casi andar, y que no termina nunca.
Las palabras que no van seguidas de una conducta coherente, pueden tener alguna eficacia al principio, después terminan cayendo sistemáticamente en el vacío, porque carecen de credibilidad. Por ejemplo, si un hijo viera que sus padres van a lo suyo, le será difícil incorporar ideas tan relacionadas con las exigencias de la fe como son la preocupación por los demás, el sacrificio y la renuncia en favor de otros, la misericordia o el sentido de la generosidad.
0 si ve que sus padres con frecuencia no cumplen lo que prometen, o les ve recurrir -siempre acaban dándose cuenta- a la mentira o la media verdad para salir al paso de algún problema, luego será difícil que preste atención a sus encendidos discursos sobre las excelencias de la sinceridad, de la veracidad, o de dar la cara como un hombre.
Los hijos han de ver que a sus padres les preocupa realmente el dolor ajeno, que muestran con su vida lo connatural que debe resultar a toda persona vivir volcada hacia los demás, que les explican la fealdad de la simulación y de la mentira, o cualquiera de las otras ideas cristianas que quieran transmitirles.
Hay todo un estilo cristiano de ver las cosas y de interpretar los acontecimientos de la vida, los hijos han de respirarlo en casa. Lo captarán, por ejemplo, viendo el modo en que se acepta una contrariedad. O al advertir cómo se reacciona ante un vecino cargante o inoportuno. O viendo cómo papá o mamá ceden en sus preferencias, o siguen trabajando aunque estén cansados.
Y así los hijos se van empapando de ideas de fondo que tejerán todo un vigoroso entramado de virtudes cristianas. Aprenderá a respetar la verdad, a mantener la palabra dada, a no encerrarse en su egoísmo, a ser sensible a la injusticia o al dolor ajeno, a templar su carácter, etc. Siempre surgen multitud de ocasiones de hacer una consideración sobrenatural sencilla, sin excesiva afectación ni excesiva frecuencia. Se trata de que el niño vea cómo la fe se traduce en obras concretas y que no son formalidades exteriores vacías e inconexas.
La educación cristiana de los hijos reviste una importancia muy particular en un punto: mostrar que Dios es Padre y exponer adecuadamente a los propios hijos que son hijos de Dios y como tales deben comportarse.
«En la obra educativa, y especialmente en la educación en la fe, que es la cumbre de la formación de la persona y su horizonte más adecuado, es central en concreto la figura del testigo: se transforma en punto de referencia precisamente porque sabe dar razón de la esperanza que sostiene su vida (cfr. 1 Pe 3, 15), está personalmente comprometido con la verdad que propone. El testigo, por otra parte, no remite nunca a sí mismo, sino a algo, o mejor, a Alguien más grande que él, a quien ha encontrado y cuya bondad, digna de confianza, ha experimentado. Así, para todo educador y testigo, el modelo insuperable es Jesucristo, el gran testigo del Padre, que no decía nada por sí mismo, sino que hablaba como el Padre le había enseñado (cfr. Jn 8, 28).

»Por este motivo, en la base de la formación de la persona cristiana y de la transmisión de la fe está necesariamente la oración, la amistad personal con Cristo y la contemplación en Él del rostro del Padre. (…) Así pues, la Familia de Nazaret ha de ser para nuestras familias y para nuestras comunidades objeto de oración constante y confiada, además de modelo de vida»[1]

San Benito formuló en su Regla un principio sobre la necesidad de ser coherentes: «Mens nostra concordet voci nostrae», que nuestro espíritu concuerde con nuestra voz[2].

La fe tiene consecuencias

La fe es para vivirla, y debe informar las grandes y las pequeñas decisiones; y, a la vez, se manifiesta de ordinario en la manera de enfrentarse con los deberes de cada día. No basta asentir a las grandes verdades del Credo, tener una buena formación quizá; es necesario, además, vivirla, practicarla, ejercerla, debe generar una "vida de fe" que sea, a la vez, fruto y manifestación de lo que se cree. Dios nos pide servirle con la vida, con las obras, con todas las fuerzas del cuerpo y del alma. La fe es algo referido a la vida, a la vida de todos los días, y la existencia cristiana aparece como un despliegue de la fe, como un vivir con arreglo a lo que se cree, a lo que se conoce como querer de Dios para la propia vida[3].

La fe cristiana conduce a la reforma de la propia vida, exigiéndonos una continua rectificación de la conducta, una mejora en el modo de ser y de actuar. Entre otras consecuencias, la fe nos llevará a imitar a Jesucristo, que fue "perfecto Dios, y hombre perfecto" (Symbolo Quicumque), a ser hombres y mujeres de temple, sin complejos, sin respetos humanos, veraces, honrados, justos en los juicios, en sus negocios, en la conversación... Las virtudes humanas son las propias del hombre en cuanto hombre, y por eso Jesucristo, perfecto hombre, las vivió en plenitud. Hasta sus propios enemigos estaban asombrados del vigor humano de su figura: Maestro -le dicen en cierta ocasión, sabemos que eres veraz, y que no tienes respetos humanos, y que enseñas el camino de Dios con autoridad... (Mt 22, 16). "Lo primero que llama la atención al estudiar la fisonomía humana de Jesús es su clarividencia viril en la acción, su lealtad impresionante, su áspera sinceridad, en una palabra, el carácter heroico de su personalidad. Esto era, en primer término, lo que atraía a sus discípulos"[4].

Él nos dio ejemplo de una serie de cualidades humanas bien entrelazadas, que compete vivir a cualquier cristiano. Considera tan importante la perfección de las virtudes humanas que apremia a sus discípulos: si no entendéis las cosas de la tierra, ¿cómo entenderéis las celestiales? (Jn 3, 5). Si no se vive la reciedumbre humana ante una dificultad, el frío o el calor, ante una pequeña enfermedad, ¿dónde se podrá asentar la virtud cardinal de la fortaleza? ¿Cómo puede ser fuerte una persona que se queja continuamente? ¿Cómo llegará a ser responsable y prudente un estudiante que deja a un lado su estudio? O ¿cómo podrá vivir la caridad quien descuida la cordialidad, la afabilidad o los detalles de educación? Aunque la gracia de Dios puede transformar enteramente a una persona -y encontramos ejemplos en la Sagrada Escritura y en la vida de la Iglesia-, lo normal es que el Señor cuente con la colaboración de las virtudes humanas.
Formación doctrinal
Para dar la doctrina de Jesucristo es necesario tenerla en el entendimiento y en el corazón: meditarla y amarla. Todos los cristianos, cada uno según los dones que ha recibido -talento, estudios, circunstancias...-, necesita poner los medios para adquirirla. En ocasiones, esta formación comenzará por conocer bien el Catecismo, que son esos libros "fieles a los contenidos esenciales de la Revelación y puestos al día en lo que se refiere al método, capaces de educar en una fe robusta a las generaciones cristianas de los tiempos nuevos"[5].
Los “problemas de fe” provienen, a veces, del desequilibrio en la formación. No es difícil encontrarse cristianos que son brillantes en su profesión, incluso cultos, muy leídos y muy viajados, con grandes experiencias quizá, pero absolutamente ignorantes en lo referente a su fe. Hombres o mujeres que abandonaron el estudio de los fundamentos de sus creencias con el final de sus estudios primarios o con las primeras crisis de la adolescencia, y que conservan una imagen de la teología que bien podría servir para un cuento de hadas, cuando la teología es sin duda la ciencia sobre la que más se ha hablado, escrito, investigado y debatido a lo largo de los siglos. Les falta estudio de su propia fe, que es equilibrio en su formación.
Esa ignorancia es un formidable enemigo de la fe, puesto que la fe en cualquier cosa exige siempre un suficiente conocimiento previo. Y esa fe débil bien puede tener su causa en haber recibido una formación religiosa poco afortunada o impartida por personas que no han sabido mostrar su grandeza. Por eso, hemos de ser consecuentes y dedicar el tiempo que sea preciso para tener un conocimiento de nuestra fe adecuado a nuestro nivel cultural e intelectual. De esta forma, la experiencia de tantos siglos en la vida de tantas personas s nos ayudará a vivir esas exigencias y a superar las dificultades que se nos presenten, que quizá no sean tan nuevas.
Es cierto que hay muchos que creen poco, o que no practican, pero sí quieren que sus hijos reciban una buena formación cristiana, pues el valor de la formación moral cristiana es algo bastante reconocido, afortunadamente. Esa preocupación de esos padres es loable y positiva. Pero los padres que quieren que sus hijos crean, y, sin embargo, ellos mismos no practican, suelen fracasar. Si no tienen la fe como s parte esencial de su vida, o si luego desmienten sus palabras con los hechos, es difícil que las cosas salgan bien.
Sin embargo, para muchos otros padres ha sido precisamente la preocupación por educar correctamente a sus hijos y darles un buen ejemplo, lo que les ha llevado por un camino de mayor cercanía a Dios y más profundo conocimiento de la fe, que ha venido a facilitar su propia coherencia y, en cierta manera, su conversión[6].
Sansueña, 12 de marzo de 2009
(Aula Permanente 1 ESO)



[1] BENEDICTO XVI, Discurso en la apertura de la asamblea eclesial de la diócesis de Roma, 6-VI-2005.
[2] Reg., 19, 7.
[3] Cfr. P. RODRIGUEZ, Fe y vida de fe, Eunsa, Pamplona 1974, p. 172.
[4] J. ADAM, Jesucristo, Herder, Barcelona 1953, p. 110.
[5] JUAN PABLO II, Exhor. Apost. Catechesi tradendae, 16-X-1979, 50.
[6] Cfr. A. AGUILÓ., Interrogantes en torno a la fe, Palabra, 2002.

11.4.09

Ideas (I)

El verdadero amor
Cierta casa de una viuda muy rica se incendio. La señora murió en el fuego. Mientras los bomberos trataban de controlar las llamas, se dieron cuenta del que el hijito de la señora, de 5 años de edad, estaba dentro de la casa. No había forma de llegar a él. Las escaleras ya se habían caído. El edificio no tenía ascensor y no sabían como llegar al niño.
Solo un hombre que pasaba por el lugar, vio la escena. Observo un tubo al lado de las llamas que llegaba a la ventana donde se había asomado el niño. Nadie podía tocar el tubo por lo mucho que se había calentado. Pero aquel hombre, valientemente, se deslizo por el tubo (Quemándose las manos) hasta donde estaba el niño, salvándole la vida.
Un año y medio más tarde, se ventilaba en la corte quien calificaba para adoptar al niño (Siendo administrador de toda la riqueza). Muchos solicitaron, demostraron lo que creían era necesario para calificar: Trayectoria, Negocios, Solidez, Riquezas, Etc. Pero a ninguno el niño aprobó, y esta era una condición sumamente necesaria.
El juez volvió a llamar a quienes habían asistido para que probaran si adoptaban al niño, o si este le aprobaba, entro a la sala un hombre desconocido. Camino lentamente hacia adelante con las manos dentro de los bolsillos, el juez le pregunto por sus credenciales, a lo que respondió:
"Señoría, no tengo riquezas ni negocios que me hagan competir contra todos los que aspiran a adoptar al niño".
El juez le dijo: "¿Pues que hace usted aquí? alguna razón debe mostrar por la que quiera ser adoptador del niño".
El señor dijo: "Solo tengo estas muestras de amor abnegado" (Al decir esto mostró sus manos estaban blancas, quemadas, desechas).
El niño al verlo reconoció al hombre que le había salvado la vida y con lagrimas en sus ojos le abrazo y el señor fue quien le adoptó.

El Verdadero Sustento de las Parejas

Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando éste se apaga en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio.
El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relato lo siguiente:
"Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó. Mi padre la alcanzó, la levantó como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital. Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido.
Durante el sepelio, mi padre no habló, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas. El pidió a mi hermano teólogo que le dijera, donde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó como y donde estaría ella. Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió "llévenme al cementerio". "Papa" respondimos "¡Son las 11 de la noche! ¡No podemos ir al cementerio ahora!" Alzó la voz y con una mirada vidriosa dijo: "No discutan conmigo por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años". Se produjo un momento de respetuoso silencio. No discutimos más.
Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador, con una linterna llegamos a la lápida. Mi padre la acarició, oró y nos dijo a sus hijos que veíamos la escena conmovidos: "Fueron 55 buenos años ¿saben? Nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así". Hizo una pausa y se limpio la cara. "Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis. Cambié de empleo" continuo "Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad.
Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores... hijos, ahora se ha ido y estoy contento, ¿saben por qué?, porque se fue antes que yo, no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera."
Cuando mi padre termino de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lágrimas. Lo abrazamos y él nos consoló: "Todo está bien hijos, podemos irnos a casa; ha sido un buen día". Esa noche entendí lo que es el verdadero amor. Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, más bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas.

El zapatero pobre

Un día bajó el Señor a la tierra en forma de mendigo y se acerco a casa del zapatero y le dijo: "Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado, aunque no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder seguir caminando". El zapatero le respondió: "Yo soy muy pobre y ya estoy cansado que todo el mundo viene a pedir y nadie viene a dar!". El Señor le contestó: "Yo puedo darte lo que tu quieras". El zapatero le pregunto: "Dinero inclusive?". El Señor le respondió: "Yo puedo darte 10 millones de dólares, pero a cambio de tus piernas". "Para que quiero yo 10 millones de dólares si no voy a poder caminar, bailar, moverme libremente?", dijo el zapatero. Entonces el Señor replico: " Esta bien, te podría dar 100 millones de dólares, a cambio de tus brazos". El zapatero le contesto: "Para que quiero yo 100 millones de dólares si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos, etc.?. Entonces el Señor le dijo: "En ese caso, yo te puedo dar 1000 millones de dólares a cambio de tus ojos". El zapatero respondió asustado: "Para que me sirven 1000 millones de dólares si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas que me rodean?". Entonces el Señor le dijo: "Ah hermano mío, ya ves que fortuna tienes y no te das cuenta".

Emilia kaczarowka
Emilia Kaczarowka es amiga mía; tiene casi 40 años y es esposa de un obrero textil. Vive en un pueblo muy pobre de un país comunista.
Emilia tiene un hijo y me platica de las dificultades que ella y su marido enfrentan para sacar adelante la familia. Sabe que yo tengo cierta intuición y buen criterio para aconsejarla y por eso acude a mi con frecuencia. Esta vez hablando de los hijos, comentamos lo incierto que aparece el futuro para una familia como la de ellos.
Yo se que Emilia morirá en no más de 10 años y no solo eso, su marido morirá pronto nada más al comenzar la guerra. Su hijo mayor morirá también. ¿La planeación familiar es una necesidad para ellos? ¿Que futuro les puede esperar? ¡No! ¡¡Mejor que no nazca Emilia!!
Además ya casi tienes cuarenta años; a esa edad ¡puedes tener un hijo deforme! Puedes recurrir a diversos procedimientos para evitarlos, ¡no se te ocurra tener ni uno sólo más! Serías insensata, inhumana, irresponsable... ¿Qué herencia les vas a dejar? Piensa en el mundo tan desastroso que verán tus hijos, contempla los días tan difíciles que vivimos después de la invasión de nuestro país.
Emilia me escuchó con paciencia y atención; me dio las gracias y se despidió de mi.
A los pocos meses Emilia me da la noticia de que esta embarazada; yo me indigno y la lleno insultos: "¡Estas mujeres ignorantes y necias que no saben hacer otra cosa que tener hijos!" Ella callada me escucha serena y continua su pesado trabajo, y lleva con una amable sonrisa las dificultades propias del embarazo. Finalmente, Emilia da a luz a un hijo más. Mis predicciones fatalistas se cumplen una tras otra:
Emilia muere dejando a su pequeño hijo de apenas 10 años, luego muere su hijo mayor, y finalmente muere su esposo. Solo queda en el mundo el pequeño Carlos. Hoy, sesenta años después, millones de hombres y mujeres de todas las razas y todas las condiciones sociales llaman a Carlitos de otra manera: Le dicen cantando: "JUAN PABLO II, TE QUIERE TODO EL MUNDO ¡¡Emilia, Perdóname!!

Animo en los brazos de Jesús y María
Esperando un día especial...
Mi cuñado abrió el cajón del buró de mi hermana y levantó un paquete envuelto en papel. ---"Esto" -dijo- "no es un collar es una obra de arte".
Tiro el papel que lo envolvía y me paso el collar. Estaba exquisito. La etiqueta del precio mostraba una cantidad astronómica. ---"Jan compro esto la primera vez que fuimos a Nueva York, hace al menos 8 o 9 años. Nunca lo uso. Lo estaba guardando para una ocasión especial. bueno, creo que esta es la ocasión."
Me pidió el collar y lo pusimos en la cama junto con la ropa que íbamos a llevara la funeraria. Sus manos tocaron un momento el oro y cerro de golpe el cajón y volviéndose hacia mí me dijo: ---"No guardes nada para una ocasión especial... Cada día que vives es una ocasión especial."
Recordé esas palabras durante el funeral de Jan mi hermana y los días que siguieron, cuando lo ayude a él y a mi sobrina a atender todas las obligaciones tristes que siguen a una muerte inesperada. Pensé en ellos en el vuelo de regreso a California. Pensé acerca de todas las cosas que ella no vio, escucho o hizo. Pensé acerca de las cosas que ella hizo sin darse cuenta que eran especiales.
Todavía estoy pensando en esas palabras, y han cambiado mi vida. Ahora estoy leyendo más y limpiando menos. Me siento en el porsche y admiro la vista sin fijarme en las malas hierbas del jardín. Estoy pasando más tiempo con mi familia y amigos y menos tiempo en juntas de trabajo.
Cuando sea posible, la vida debe ser un patrón de experiencias para disfrutar, no para sobrevivir.
Estoy tratando de reconocer estos momentos ahora y disfrutarlos.
Ya no estoy guardando nada; usamos nuestra vajilla de lujo por cualquier evento especial como bajar una libra, destapar el baño o la primera flor de la primavera.
Uso mi blazer nuevo para ir al super, si me dan ganas. Mi teoría es que si me veo prospera, puedo gastar 280 pesos en una bolsa pequeña de despensa sin preocuparme.
Ya no guardo mi mejor perfume para fiestas especiales; lo empleados de las tiendas y lo cajeros de los bancos tienen narices que funcionan tan bien como las de mis amigos en las fiestas.
Las frases "Algún día" y "Uno de estos días" van desapareciendo de mi vocabulario. Si vale la pena verlo, escucharlo o hacerlo lo quiero ver, oír y hacer AHORA. No estoy seguro de lo que hubiera hecho mi hermana si hubiera sabido que no estaría aquí para el mañana que todos tomamos a la ligera.
Creo que hubiera llamado a algunos miembros de la familia y a amigos cercanos. A lo mejor hubiera llamado a algunos ex-amigos para disculparse y hacer las paces por posibles enojos del pasado. Me gusta pensar que hubiera ido a comer comida China, su favorita. Pero solo estoy pensando, nunca lo sabré.
Son esas pequeñas cosas dejadas sin hacer las que me harían enojar si supiera que mis horas están limitadas. Enojada porque deje de ver a buenos amigos con los que me iba a poner en contacto "algún día". Enojada, porque no escribí ciertas cartas que intente escribir "uno de estos idas". Enojada y triste porque no les dije a mi esposo y a mí hija con la suficiente frecuencia cuanto realmente los amo.
Estoy tratando no retardar, detener o guardar nada que agregaría risa y alegría a nuestras vidas. Y cada mañana cuando abro mis ojos, me digo a mi misma que es especial. Cada ida, cada minuto, cada respiro La vida misma es un regalo de Dios.

Enseñanza
En cierta ocasión, durante una charla que di ante un grupo de abogados, me hicieron esta pregunta: "¿Qué es lo más importante que ha hecho en su vida?". La respuesta me vino a la mente en el acto, pero no fue la que di, porque las circunstancia no eran las apropiadas. En la calidad de abogado en la industria de espectáculo, sabia que los asistentes deseaban escuchar anécdotas sobre mi trabajo con las celebridades. Pero, he aquí, la verdadera respuesta, la que surgió de lo más recóndito de mis recuerdos.

Lo más importante que he hecho en la vida tuvo lugar el 8 de Octubre de1990. Mi madre cumplía 65 anos, y yo había viajado a casa de mis padres en Massachussets, para celebrar con la familia. Comencé el día jugando con un antiguo compañero de clase y amigo mío, al que no había visto en mucho tiempo, Entre jugada y jugada conversamos acerca de lo que estaba pasando en la vida de cada cual. Me contó que su esposa y el acababan de tener un bebé, y que el pequeño los mantenía en vela todas las noches.

Mientras jugábamos, un coche se acercó haciendo rechinar las llantas y que consternado, le dijo que su bebe había dejado de respirar y lo habían llevado de urgencia al hospital. En un instante mi amigo subió al auto y se marcho dejando tras de sí una nube de polvo. Por un momento me quede donde estaba, sin acertar a moverme, pero luego trate de pensar que debía hacer:
¿Seguir a mi amigo al hospital? Mi presencia allí, me dije, no iba a servir de nada, pues la criatura seguramente estaría al cuidado de médicos y enfermeras, y nada de lo que yo hiciera o dijera iba a cambiar las cosas.
¿Brindarle mi apoyo moral? Bueno, quizás. Pero tanto él como su esposa provenían de familia numerosas y sin duda estarían rodeados de parientes que le ofrecerían consuelo y el apoyo necesario pasara lo que pasara. Lo único que aria seria estorbar. Además había planeado dedicar todo mi tiempo a mi familia, que estaba aguardando mi regreso. Así decidí reunirme con ellos e ir más tarde a ver a mi amigo.
Al poner en marcha el auto que había alquilado, me percaté que mi amigo había dejado su furgoneta, con las llaves puestas, estacionada junto a las canchas. Me vi entonces ante otro dilema: no podía dejar así el vehículo, pero si lo cerraba y me llevaba las llaves, Que iba a hacer con ellas?. Podía pasar a su casa a dejarlas, pero no tenia a la mano un papel para escribirle una nota, no podía avisarle lo que había hecho.
Decidí pues ir al hospital y entregarle las llaves. Cuando llegue, me indicaron en que sala estaban mi amigo y su esposa, como supuse, el recinto estaba lleno de familiares que trataban de consolarlos. Entre sin hacer ruido y me quede junto a la puerta, tratando de decidir que hacer. No tardo en presentar se un medico, que se acerco a la pareja y, en voz baja les comunico que su bebe había fallecido, víctima del síndrome conocido como muerte en la cuna. Durante, lo que pareció una eternidad, estuvieron abrazados, llorando, mientras todos los demás los rodeamos en medio del silencio y el dolor.
Cuando se recuperaron un poco, el médico les pregunto si deseaban estar un momento con su hijo. Mi amigo y su esposa se pusieron de pie caminaron resignadamente hacia la puerta, al verme allí, en un rincón la madre se acerco, me abrazo y comenzó a llorar. También mi amigo se refugio en mis brazos.
"Gracias por estar aquí", me dijo.

Durante el resto de la mañana, permanecí sentado en la sala de urgencias del hospital, viendo a mi amigo y a su esposa sostener en brazos a su bebe sin vida.

Aquella experiencia me dejo tres enseñanzas:

PRIMERA: Lo más importante que he hecho en la vida, ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo pudiera hacer. Nada de lo que aprendí en la universidad, ni los seis años que llevaba ejerciendo mi profesión, me sirvió en tales circunstancias. A dos personas a las que yo estimaba les sobrevino una desgracia, y yo era impotente para remediarla. Lo único que pude hacer fue acompañarlos y esperar el desenlace. Pero estar allí en esos momentos en que alguien me necesitaba era lo principal.

SEGUNDA: Estoy convencido que lo más importante que he hecho en mi vida estuvo a punto de no ocurrir, debido a las cosas que aprendí en la Universidad y en mi vida profesional. En la escuela de derecho me enseñaron a tomar los datos, analizarlos y organizarlos y después evaluar esta información sin apasionamiento. Esa habilidad es vital en los abogados.

Cuando la gente acude a nosotros en busca de ayuda, suele estar angustiada y necesita que su abogado piense con lógica. Pero al aprender a pensar, casi me olvide de sentir. Hoy, no tengo duda alguna que debí haber subido al coche sin titubear y seguir a mi amigo al hospital.

TERCERA: Aprendí que la vida puede cambiar en un instante.
Intelectualmente, todos sabemos esto, pero creemos que las desdichas les pasan a otros.
Así hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo tan real que pareciera que ya ocurrió. Pero, al ubicarnos en la mañana dejamos de advertir todos los presentes que pasan junto a nosotros, y olvidamos que perder el empleo, sufrir una enfermedad grave, toparse con un conductor ebrio y miles de cosas más pueden alterar ese futuro en un abrir y cerrar de ojos.

En ocasiones a uno le hace falta vivir una tragedia para volver a poner las cosas en perspectiva.
Desde aquel día busque un equilibrio entre el trabajo y la vida; aprendí que ningún empleo, por gratificante que sea, compensa el perderse unas vacaciones, romper con la pareja o pasar un día festivo lejos de la familia. Y aprendí que lo más importante en la vida no es ganar dinero, ni ascender en la escala social, ni recibir honores. Lo más importante en la vida es el tiempo que dedicamos a cultivar una AMISTAD.



Ese Ángel
Refiere una antigua leyenda que un niño, próximo a nacer, le dijo a Dios:
* Me vas a enviar mañana a la Tierra, pero ¿Como viviré allá siendo tan pequeño y débil?
* Entre los muchos ángeles, escogí uno que te espera. Contestó Dios.
*Pero aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír y eso basta para mi felicidad. ¿Podré hacerlo allá?
*Ese Ángel te cantará y sonreirá todos los días y te sentirás muy feliz con sus canciones y sonrisas.
*Cómo entenderé cuando me hable, si no conozco el extraño idioma de los hombres?
*Ese Ángel te hablará y te enseñará las palabras más dulces y más tiernas que escuchan los humanos.
*¿Que haré cuando quiera hablar contigo?
*Ese Ángel juntará tus pequeñas manos y te enseñará a orar.
*He oído que en la Tierra hay hombres malos, ¿Quien me defenderá?
*Ese Ángel te defenderá aunque le cueste la vida.
*Pero estaré siempre triste porque no te veré, más Señor, sin verte me sentiré muy sólo.
*Ese Ángel te hablará de mí y te mostrará el camino para volver a mi presencia, le dijo Dios.
En ese instante, una inmensa paz reinaba en el cielo, no se oían voces terrestres, el niño decía suavemente:
*Dime su nombre, Señor. Y Dios le contestó:
· Ese Ángel se llama "MAMÁ"

La orden
En un cuartel militar el coronel Montoya da una orden al comandante Ramírez:
- Mañana a las nueve habrá eclipse de sol, lo cual no ocurre todos los días. Haga salir a todos los hombres al patio, en traje de campaña, para que vean ese raro fenómeno, y yo les daré las explicaciones convenientes. En caso de lluvia, no podremos ver nada. Entonces llevará a los hombres al gimnasio.
El comandante transmite la orden al capitán:
- Por orden del señor coronel, mañana a las nueve habrá un eclipse de sol. Si llueve, cosa que no ocurre todos los días, no se podrá ver el fenómeno al aire libre, y entonces, en traje de campaña, tendrá lugar el eclipse en el gimnasio.
El capitán al teniente:
- Por orden del señor coronel mañana todos los hombres en traje de gimnasia estarán a las nueve en el patio del cuartel para asistir a la inauguración de un eclipse de sol. Como este fenómeno ocurre todos los días, forme a los hombres con la debida anticipación, pues el señor coronel en traje de campaña dará las órdenes de si llueve o no.
El teniente al oficial de mando:
- Mañana, a las nueve, el señor coronel en traje de campaña eclipsará el sol. Si llueve, como suele ocurrir cuando este fenómeno se presenta, mandará hacer gimnasia en el patio y sin las explicaciones de nadie.
El oficial al brigada:
- Mañana, a eso de las nueve, tendrá lugar el eclipse de coronel en traje de campaña. Como eso no ocurre todos los días, prepare a los hombres en el gimnasio y sitúese en la puerta hasta que el fenómeno haya desaparecido.
El brigada al cabo:
- Mañana a las nueve, el coronel en traje de gimnasia con condecoraciones dará las explicaciones necesarias de cómo deben comportarse los hombres en campaña cuando haya eclipse de sol. Como esto no ocurre todos los días, los hombres en traje de lluvia saldrán al gimnasio para observar tan raro fenómeno.
El cabo a los soldados:
- Mañana a las nueve y en traje de campaña todo bicho viviente estará formado en el patio del cuartel junto al gimnasio. El señor coronel, sin dar explicaciones a nadie, hará llover hasta que todo el mundo se haya eclipsado.
Los soldados entre sí:
- Parece ser que mañana, a las nueve y sin dar explicaciones a nadie van a encerrar 24 horas al coronel en el gimnasio. Todo viene porque cuando estuvo en campaña no quería hacer gimnasia los días de lluvia y eclipse ¡Lástima que esto no ocurra todos los días!

La importancia del detalle
El Mariscal Hindenberg, que llegó a ser presidente de la República Alemana en 1925, se preciaba de ser capaz de conocer a sus subordinados al primer golpe de vista. Comentaba al general Ludendort que le bastaba un botón de menos en la guerrera o una mancha para juzgar a un oficial.- Pero estos detalles -replicó Ludendort- son muy poca cosa para establecer un juicio exacto - Nada de eso -respondió el mariscal-. En las cosas importantes, todo el mundo recurre al disimulo; en cambio, en las pequeñas la gente se muestra tal cual es.



La jaula vacía

Una vez había un hombre llamado George Thomas, pastor en un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra. Un Domingo de Pascua llegó a la iglesia cargando una jaula de pájaros mohosa, doblada y vieja, y la colocó sobre el púlpito. Se fruncieron varios ceños y, a manera de contestación, el pastor Thomas comenzó a hablar.

"Estaba caminando por el pueblo ayer, cuando vi un joven
caminando hacia mí meciendo esta jaula de pájaros. En el fondo de la jaula, habían tres pequeños pajarillos salvajes, temblando de frío y de miedo. Detuve al muchacho y le pregunté, '¿Qué llevas ahí, hijo?'"
"Son tan sólo unos viejos pájaros," fue la respuesta.
"¿Y qué vas a hacer con ellos?" le pregunté.
"Los voy a llevar a casa y me voy a divertir con ellos," me
contestó. "Voy a molestarles y a sacarles las plumas y hacerles pelear. Voy a pasar un buen rato."
"Pero te vas a cansar de esos pajarillos tarde o temprano. ¿Qué harás con ellos entonces?"
"Tengo unos gatos," dijo el muchacho. "Les gustan los pájaros. Selos llevaré a ellos."
El pastor estuvo callado un momento. "¿Cuánto quieres por esos pájaros, hijo?"
"¡Eh! Usted no quiere estos pájaros, señor. Son tan sólo unos simples pájaros viejos del campo. No cantan. ¡Ni siquiera son bonitos!

"¿Cuánto?" preguntó el pastor otra vez. El muchacho miró al pastor como si estuviera loco y le dijo, "¿$10?". El pastor buscó en su bolsillo y sacó un billete de diez dólares. Los colocó en la mano del muchacho. En un segundo, el muchacho desapareció. El pastor levantó la jaula y suavemente la llevó al final del callejón, donde había un árbol y césped. Poniendo la caja en el piso, abrió la puerta y, golpeando suavemente los barrotes, convenció a los pájaros que salieran, liberándoles.
Bueno, eso explicaba la jaula vacía sobre el púlpito, y entonces el pastor comenzó a contar su historia.

Un día Satanás y Jesús estaban conversando. Satanás acababa de venir del Jardín del Edén y estaba jactándose y vanagloriándose.
"Sí, Señor, acabo de capturar al mundo lleno de gente allá
abajo. Les hice una trampa, utilicé carnada que sabía que ellos no podían resistir. ¡Los agarré a todos!
"¿Qué vas a hacer con ellos?" preguntó Jesús.
Satanás respondió, "¡Me voy a divertir! Voy a enseñarles cómo casarse y luego divorciarse, cómo odiarse y abusarse mutuamente, cómo beber y fumar y maldecir. Les voy a enseñar cómo inventar las armas y bombas y que se maten unos a otros. ¡Me voy a divertir de verdad!
"¿Y qué harás cuando termines con ellos?" preguntó Jesús.
"Oh, los mataré," exclamó Satanás orgullosamente.
"¿Cuánto quieres por ellos?" preguntó Jesús.
"Oh, tú no quieres a esas personas. No valen nada. Los tomarás y simplemente te odiarán. ¡Te escupirán, te maldecirán y te matarán! ¡Tú no quieres a esa gente!"
"¿Cuánto?" preguntó nuevamente.
Satanás miró a Jesús y, mofándose, dijo, "Todas tus lágrimas y toda tu sangre."Jesús dijo, "¡HECHO!

La liebre y el tigre

Que gran decepción tenía el joven de esta historia, su amargura absoluta era por la forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas, al parecer, ya a nadie le importaba nadie. Un día dando un paseo por el monte, vio sorprendido que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido, el cual no podía valerse por sí mismo.
Le impresionó tanto al ver este hecho, que regresó al siguiente día para ver si el comportamiento de la liebre era casual o habitual. Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre
Pasaron los días y la escena se repitió de un modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta.
Admirado por la solidaridad y cooperación entre los animales, se dijo: "no todo está perdido. Si los animales, que son inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas". Y decidió hacer la experiencia: Se tiró al suelo, simulando que estaba herido, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara.
Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Estuvo así durante todo el otro día, y ya se iba a levantar, mucho más decepcionado que cuando comenzamos a leer esta historia, con la convicción de que la humanidad no tenía el menor remedio, sintió dentro de sí todo el desespero del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandono, su corazón estaba devastado, sí casi no sentía deseo de levantarse, entonces allí, en ese instante, lo oyó...

¡Con qué claridad, qué hermoso!, una hermosa voz, muy dentro de él le dijo: "si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad, para encontrar a tus semejantes como hermanos, deja de hacer de tigre y simplemente sé la liebre".

Los obstáculos en nuestro camino
Hace mucho tiempo, un rey coloco una gran roca obstaculizando un camino. Entonces se escondió y miro para ver si alguien quitaba la tremenda roca. Algunos de los comerciantes mas adinerados del rey y cortesanos vinieron y simplemente le dieron una vuelta. Muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino. Entonces un campesino vino, y llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, el campesino puso su carga en el piso y trato de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logro. Mientras recogía su carga de vegetales, el noto una cartera en el piso, justo donde había estado la roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino. El campesino aprendió lo que los otros nunca entendieron. Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar la condición de uno.

La Muñeca y la Rosa Blanca

De prisa, entré en la tienda por departamentos a comprar unos regalos de Navidad a Última hora. Miré a mi alrededor toda la gente que allí había y me molesté un poco. "Estaré aquí una eternidad; con tanto que tengo que hacer" pensé. La Navidad se había convertido ya casi en una molestia.

Estaba deseando dormirme por todo el tiempo que durara la Navidad. Pero me apresuré lo más que pude por entre la gente en la tienda. Entré en el departamento de juguetes. Otra vez más, me encontré murmurando para mí misma, sobre los precios de aquellos juguetes. Me pregunté si mis nietos jugarían realmente con ellos.

De pronto, me encontré en la sección de muñecas. En una esquina, me encontré un niñito, como de 5 años, sosteniendo una preciosa muñeca. Estaba tocándole el cabello y la sostenía muy tiernamente. No me pude aguantar; me quedé mirándolo fijamente y preguntándome para quién sería la muñeca que sostenía, cuando de pronto se le acerco una mujer, a la cual el llamo tía.

El niño le preguntó: "¿Estás segura que no tengo dinero suficiente?" Y la mujer le contestó, con un tono impaciente: "Tú sabes que no tienes suficiente dinero para comprarla. "La mujer le dijo al niño que se quedara allí donde estaba mientras ella buscaba otras cosas que le faltaban. El niño continuo sosteniendo la muñeca.

Después de un ratito, me le acerqué y le pregunté al niño para quién era la muñeca. El me contestó: "Esta muñeca es la que mi hermanita deseaba con tanto anhelo para Navidad. Ella estaba segura que Santa Claus se la iba a traer." Yo le dije que lo más seguro era que Santa Claus se la traería.
Pero El me Contestó: "No, Santa no puede ir a donde mi hermanita está. Yo le tengo que dar la Muñeca a mi Mamá para que ella se la lleve a mi hermanita." Yo le Pregunté dónde estaba su hermana.

El Niño, con una cara muy triste me Contestó: "Ella se ha ido con Jesús. Mi Papá dice que Mamá se va a ir con ella también." Mi corazón casi deja de latir. Volví a mirar al Niño una y otra vez. El continuo: "Le dije a Papá que le dijera a Mamá que no se fuera todavía. Le dije que le dijera a ella que esperara un poco hasta que yo regresara de la tienda. "El Niño me Preguntó si querría ver su foto y le dije que me encantaría.

Entonces, el saco una fotografías que tenía en su bolsillo que había tomado al frente de la tienda y me dijo: "Le dije a Papá que le llevara estas fotos a mi mamá para que ella nunca se olvide de Mí. Quiero mucho a mi mamá y no quisiera que ella se fuera. Pero Papá dice que ella se tiene que ir con mi hermanita." Me di cuenta que el Niño había bajado la cabeza y se había quedado muy callado. Mientras el no miraba, metí la mano en mi cartera y saque unos billetes. Le dije al niño que contáramos el dinero otra vez. El niño se entusiasmo mucho y comentó: "Yo sé que es suficiente."
Y comenzó a contar el dinero otra vez. El dinero ahora era suficiente para pagar la Muñeca. El Niño, en una voz muy suave, comentó:

"Gracias Jesús por darme suficiente dinero."

El Niño entonces Comentó: "Yo le acabo de pedir a Jesús que me diera suficiente dinero para comprar esta muñeca, para que así mi Mamá se la pueda llevar a mi hermanita. Y El oyó mi oración. Yo le querría pedir dinero suficiente para comprarle a mi Mamá una rosa blanca también, pero no lo hice. Pero El me acaba de dar suficiente para comprar la muñeca y la rosa para mi Mamá. A ella le gustan mucho las rosas. Le gustan mucho las rosas blancas."

En unos minutos la Tía regresó y yo, desapercibidamente, me fui. Mientras terminaba mis compras, con un espíritu muy diferente al que tenía al comenzar las compras, no podía dejar de pensar en el Niño.

Seguí pensando en una historia que Había leído en el periódico unos días antes, acerca de un accidente causado por un conductor ebrio, el cual había causado un accidente donde había perecido una niñita y su mamá estaba en estado de gravedad. La familia estaba deliberando en si mantener o no a la mujer con vida artificial y maquinas. Me di cuenta de inmediato que este niño pertenecía a esa familia.

Dos días más tarde leí en el periódico que la mujer del accidente había sido removida de la maquinaria que la mantenía viva y había muerto. No me podía quitar de la mente al niño. Más tarde ese día, fui y compre un ramo de rosas blancas y las lleve a la funeraria donde estaba el cuerpo de la mujer. Y allí estaba, la mujer del periódico, con una rosa blanca en su mano, una hermosa muñeca, y la foto del niño en la tienda. Me fui llorando... mi vida había cambiado para siempre.

El dia que Jesús guardó silencio
Aún no llego a comprender cómo ocurrió, si fue real o un sueño. Sólo recuerdo que ya era tarde y estaba en mi sofá preferido con un buen libro en la mano. El cansancio me fue venciendo y empecé a cabecear...
En algún lugar entre la semi-inconsciencia y los sueños, me encontré en aquel inmenso salón, no tenía nada en especial salvo una pared llena de tarjeteros, como los que tienen las grandes bibliotecas.
Los ficheros iban del suelo al techo y parecían interminables en ambas direcciones. Tenían diferentes rótulos. Al acercarme, me llamó la atención un cajón titulado: "Muchachas que me han gustado". Lo abrí descuidadamente y empecé a pasar las fichas. Tuve que detenerme por la impresión, había reconocido el nombre de cada una de ellas: ¡se trataba de las chicas que a mí me habían gustado!
Sin que nadie me lo dijera, empecé a sospechar dónde me encontraba. Este inmenso salón, con sus interminables ficheros, era un crudo catálogo de toda mi existencia. Estaban escritas las acciones de cada momento de mi vida, pequeños y grandes detalles, momentos que mi memoria había ya olvidado.
Un sentimiento de expectación y curiosidad, acompañado de intriga, empezó a recorrerme mientras abría los ficheros al azar para explorar su contenido. Algunos me trajeron alegría y momentos dulces; otros, por el contrario, un sentimiento de vergüenza y culpa tan intensos que tuve que volverme para ver si alguien me observaba.
El archivo "Amigos" estaba al lado de "Amigos que racioné" y "Amigos que abandoné cuando más me necesitaban". Los títulos iban de lo mundano a lo ridículo. "Libros que he leído", "Mentiras que he dicho", "Consuelo que he dado", "Chistes que conté", otros títulos eran: "Asuntos por los que he peleado con mis hermanos", "Cosas hechas cuando estaba molesto", "Murmuraciones cuando mamá me reprendía de niño", "Videos que he visto"
No dejaba de sorprenderme de los títulos. En algunos ficheros había muchas más tarjetas de las que esperaba y otras veces menos de lo que yo pensaba. Estaba atónito del volumen de información de mi vida que había acumulado. ¿Sería posible que hubiera tenido el tiempo de escribir cada una de esas millones de tarjetas? Pero cada tarjeta confirmaba la verdad. Cada una escrita con mi letra, cada una llevaba mi firma.
Cuando vi el archivo "Canciones que he escuchado" quedé atónito al descubrir que tenía más de tres cuadras de profundidad y, ni aun así, vi su fin. Me sentí avergonzado, no por la calidad de la música, sino por la gran cantidad de tiempo que demostraba haber perdido.
Cuando llegué al archivo: "Pensamientos lujuriosos" un escalofrío recorrió mi cuerpo. Solo abrí el cajón unos centímetros.. Me avergonzaría conocer su tamaño. Saqué una ficha al azar y me conmoví por su contenido. Me sentí asqueado al constatar que "ese" momento, escondido en la oscuridad, había quedado registrado... No necesitaba ver más...
Un instinto animal afloró en mí. Un pensamiento dominaba mi mente: Nadie debe de ver estas tarjetas jamás. Nadie debe entrar jamás a este salón... ¡Tengo que destruirlo!.
En un frenesí insano arranqué un cajón, tenía que vaciar y quemar su contenido. Pero descubrí que no podía siquiera desglosar una sola del cajón. Me desesperé y trate de tirar con más fuerza, sólo para descubrir que eran más duras que el acero cuando intentaba arrancarlas.
Vencido y completamente indefenso, devolví el cajón a su lugar. Apoyando mi cabeza al interminable archivo, testigo invencible de mis miserias, y empecé a llorar.
En eso, el título de un cajón pareció aliviar en algo mi situación: "Personas a las que les he compartido el Evangelio". La manija brillaba, al abrirlo encontré menos de 10 tarjetas.
Las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos. Lloraba tan profundo que no podía respirar. Caí de rodillas al suelo llorando amargamente de vergüenza.
Un nuevo pensamiento cruzaba mi mente: nadie deberá entrar a este salón, necesito encontrar la llave y cerrarlo para siempre.
Y mientras me limpiaba las lágrimas, lo vi. ¡Oh no!, ¡por favor no!, ¡Él no!, ¡cualquiera menos Jesús!.
Impotente vi como Jesús abría los cajones y leía cada una de mis fichas. No soportaría ver su reacción. En ese momento no deseaba encontrarme con su mirada.
Intuitivamente Jesús se acercó a los peores archivos. ¿Por qué tiene que leerlos todos? Con tristeza en sus ojos, buscó mi mirada y yo bajé la cabeza de vergüenza, me llevé las manos al rostro y empecé a llorar de nuevo. Él se acercó, puso sus manos en mis hombros. Pudo haber dicho muchas cosas. Pero Él no dijo ni una sola palabra.
Allí estaba junto a mí, en silencio. Era el día en que Jesús guardó silencio... y lloró conmigo. Volvió a los archivadores y, desde un lado del salón, empezó a abrirlos, uno por uno, y en cada tarjeta firmaba Su nombre sobre el mío.
¡No!, le grité corriendo hacia Él. Lo único que atiné a decir fue sólo ¡no!, ¡no!,¡no! cuando le arrebaté la ficha de su mano. Su nombre no tenía por que estar en esas fichas. No eran sus culpas, ¡eran las mías! Pero allí estaban, escritas en un rojo vivo. Su nombre cubrió el mío, escrito con su propia sangre.
Tomó la ficha de mi mano, me miró con una sonrisa triste y siguió firmando las tarjetas. No entiendo cómo lo hizo tan rápido. Al siguiente instante lo vi cerrar el último archivo y venir a mi lado. Me miró con ternura a los ojos y me dijo:
- Todo esta Consumado, está terminado, yo he cargado con tu vergüenza y culpa.
En eso salimos juntos del Salón... Salón que aún permanece abierto. Porque todavía faltan más tarjetas que escribir...
Aún no sé si fue un sueño, una visión, o una realidad... Pero, de lo que sí estoy convencido, es que la próxima vez que Jesús vuelva a ese salón, encontrará más fichas de que alegrarse, menos tiempo perdido y menos fichas vanas y vergonzosas.

Tú eres mi hijo
D. Angelo Gómez Ortihuela se prestaba para jurar bandera junto con 1500 reclutas más. Era el Día de la Jura y todos ultimaban preparativos. Llegaron las autoridades militares; entre ellas el Capitán General de la 3ª región militar, a la sazón su padre. Después de jurar el C. Gral quiso saludar a su hijo y lo llamó. Aunque no le hizo gracia, Angelo recibió un achuchón de su padre entre las miradas de aprobación de los oficiales. De pronto la madre de Angelo propone el visitar los barracones donde su hijo había estado durante el campamento. Ante tan desusada petición maternal, apoyada por la mirada indulgente del C.Gral., la comitiva se dirige lentamente hacia el barracón, mientras conversan. Queda lejos Angelo que, aprovechando el tumulto, ha podido escaquearse y marcha a lo lejos en dirección contraria. De pronto el C.Gral. se para y le busca con la mirada. Le ve a lo lejos y le grita: -¡Angelo! Ven aquí... Se callan todos y Angelo se aproxima tímido y sonrojado. Al llegar le dice sólo a su padre, entre dientes:
-Papá, ¡no te das cuenta de que tú eres el C.General y yo un simple soldado?
El padre, cogiéndole el codo con cariño, le impulsa a seguirle y le dice bajito: Sí, hijo, pero yo soy tu padre.

Un helado
En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en un establecimiento y se sentó en una mesa. La mesera puso un vaso de agua enfrente de él. ¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con cacahuetes? preguntó el niño. Cincuenta centavos, respondió la mesera. El niño saco su mano de su bolsillo y examino un numero de monedas. ¿Cuánto cuesta un helado solo?, volvió a preguntar. Algunas personas estaban esperando por una mesa y la mesera ya estaba un poco impaciente. "Treinta y cinco centavos" dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar la monedas. Quiero el helado solo dijo el niño. La mesera le trajo el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño terminó el helado, pago en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costo tragar saliva con lo que vio. Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco centavos...su propina.

La vasija agrietada

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole:
- Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.
El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente:
- Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces:
- ¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado. Durante dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Madre. Si no fueras exactamente como eres, no hubiera sido posible crear esta belleza.

Hay que seguir cantando

Como cualquier buena mamá, cuando Karen supo que estaba esperando un bebé, hizo lo que pudo para ayudar a su hijo Michael de tres años a prepararse para una nueva etapa en su vida. Supieron que el nuevo bebe iba a ser una niña, y día y noche, Michael le cantaba a su hermanita en el vientre de su madre. El estaba encariñándose con su hermanita aun antes de conocerla.

El embarazo de Karen progresó normalmente. A tiempo empezó su labor de parto, pronto los dolores eran cada cinco, cada tres y finalmente cada minuto. Pero una complicación se presentó de repente y Karen tuvo horas de labor de parto. Finalmente, después de muchas horas de lucha, la hermanita de Michael nació, pero en muy malas condiciones. La llevaron inmediatamente en una ambulancia a la Unidad de Cuidados Intensivos, sección neonatal del Hospital St. Maryen Knoxville, Tennessee.

Los días pasaron y la niña empeoraba. Los pediatras tuvieron que decirle finalmente a los padres las terribles palabras: "Hay muy pocas esperanzas, prepárense para lo peor". Karen y su esposo contactaron al cementerio local para apartar un lugar para su hijita. Ellos habían creado un cuarto nuevo para su hija y ahora se encontraban haciendo arreglos para un funeral.

Sin embargo, Michael, les rogaba a sus padres que le dejaran ver a su hermanita. "Quiero cantarle", decía una y otra vez. Estuvieron dos semanas en Terapia Intensiva y parecía que el funeral vendría antes de que acabara la semana. Michael siguió insistiendo que quería cantarle a su hermanita, pero le explicaban que no se permitía la entrada de
niños a Terapia Intensiva. De pronto Karen se decidió. Llevaría a Michael a ver a su hermanita, ¡la dejaran o no! Si no veía a su hermanita en ese momento, tal vez no la vería viva nunca.

Ella le puso un overol inmenso y lo llevo a Terapia Intensiva, Michael parecía una enorme canasta de ropa sucia. Pero la jefa de enfermeras se dio cuenta de que era un niño y se enfureció. "¡Saquen a ese niño de aquí ahora mismo! No se admiten niños aquí" El carácter de Karen afloró y, olvidándose de sus lindos modales de dama, que siempre la habían caracterizado, miró con ojos de acero a la enfermera, sus labios eran una sola línea y con firmeza dijo: Él no se va hasta que le cante a su hermanita" y levantó a Michael y lo llevó a la cama de su hermanita.

El miró a la pequeñita, perdiendo la batalla por conservar la vida. Después de un momento empezó a cantar con la voz que le salía del corazón de un niño de tres años. Michael le cantó: "Eres mi luz del sol, mi única luz, tú me haces feliz cuando el cielo es gris...." (conocida canción en inglés "You´re my sunshine").

Instantáneamente, la bebé pareció responder al estímulo de la voz de Michael, su pulso se empezó a volver normal.
"Sigue cantando, Michael" le pedía desesperadamente su mamá con lágrimas en los ojos. Y el niño seguía: "Tú no sabrás nunca, querida, cuanto te amo, por favor no te lleves mi luz del sol... "Al tiempo que Michael cantaba a su hermana, la bebé se movía y su respiración se volvía tan suave como la de un gatito cuando lo acarician. "Sigue cantando, cariño" le decía su mamá yél continuaba haciéndolo como cuando todavía su hermanita estaba en el vientre de su madre. "La otra noche, querida, cuando dormía, soñé que te abrazaba en mis brazos..." seguía cantando el niño; la hermanita de Michael empezó a relajarse y a dormir con un sueño reparador que parecía que la mejoraba por segundos. "Sigue cantando Michael"... ahora era la voz de la enfermera que, con lágrimas en los ojos, no dejaba de pedirle al niño que continuara. "Tú eres mi luz del sol, mi única luz del sol, por favor no te lleves mi sol..." Al día siguiente... el mismísimo día siguiente... la niña estaba en perfectas condiciones para irse a casa.
La revista "Woman"s Day" lo llamó "El Milagro de la canción del Hermano". Los doctores le llamaron simplemente un milagro. Karen le llamó "El Milagro del amor de Dios".
Helado para el alma
La semana pasada llevé a mis niños a un restaurante. Mi hijo de 6 años de edad preguntó si podía dar las gracias. Cuando inclinamos nuestras cabezas el dijo: "Dios es bueno, Dios es grande. Gracias por los alimentos, yo estaría aún más agradecido si Mamá nos diese helado para el postre. Libertad y Justicia para todos. Amén"

Junto con las risas de los clientes que estaban cerca, escuché a una señora comentar: "Eso es lo que está mal en este país, los niños de hoy en día no saben como orar, pedir a Dios helado... ¡Nunca había escuchado esto antes!" Al oír esto, mi hijo empezó a llorar y me preguntó: "¿Lo hice mal? ¿Está enojado Dios conmigo?

Sostuve a mi hijo y le dije que había hecho un estupendo trabajo y Dios seguramente no estaría enojado con él. Un señor de edad se aproximó a la mesa. Guiñó su ojo a mi hijo y le dijo: "Llegué a saber que Dios pensó que aquella fue una excelente oración".

¿En serio? - Preguntó mi hijo. - ¡Por supuesto! Luego en un susurro dramático añadió, indicando a la mujer cuyo comentario había iniciado aquel asunto: "Muy mal, ella nunca pidió helado a Dios. Un poco de helado, a veces es muy bueno para el alma".

Como era de esperar, compré a mis niños helado al final de la comida. Mi hijo se quedó mirando fijamente el suyo por un momento y luego hizo algo que nunca olvidaré por el resto de mi vida. Tomó su helado y sin decir una sola palabra avanzó hasta ponerlo frente a la señora. Con una gran sonrisa le dijo: "Tómelo, es para usted. El helado es bueno para el alma y mi alma ya está bien".
La rutina
Hubo una vez en la historia del mundo un día terrible en el que el Odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a una reunión urgente con todos los sentimientos negros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano. Estos llegaron a la reunión con curiosidad de saber cuál era el propósito. Cuando estuvieron todos habló el Odio y dijo: "Los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien". Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y él siempre quiere matara alguien, sin embargo todos se preguntaban entre sí quién sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos. "Quiero que maten al Amor", dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más de uno quería destruirlo. El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: "Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto; provocaré tal discordia y rabia que no lo soportará". Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter quedaron decepcionados. "Lo siento, lo intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante" .Fue entonces cuando, muy diligente, se ofreció la Ambición que haciendo alarde de su poder dijo: "En vista de que el Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará". Y empezó la Ambición el ataque hacia su víctima quien efectivamente cayó herida pero, después de luchar por salir adelante, renunció a todo deseo desbordado de poder y triunfó de nuevo .Furioso el Odio por el fracaso de la Ambición envió a los Celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar el amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas. Pero el Amor confundido lloró y pensó que no quería morir, y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos, y los venció. Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros, envió a la Frialdad, al Egoísmo, a la Cantaleta, la Indiferencia, la Pobreza, la Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre, porque cuando el Amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba. El Odio, convencido de que el Amor era invencible, les dijo a los demás: "Nada hay que hacer." El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos .De pronto, de un rincón del salón se levantó alguien poco reconocido, que vestía todo de negro y con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte. "Yo mataré el Amor, dijo con seguridad". Todos se preguntaron quién era ese que pretendía hacer solo, lo que ninguno había podido. El Odio dijo: "Ve y hazlo". Tan sólo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después que, de mucho esperar, por fin el Amor HABIA MUERTO. Todos estaban felices, pero sorprendidos. Entonces el sentimiento d el sombrero negro habló: "Ahí les entrego el Amor totalmente muerto y destrozado", y sin decir más se marchó. "Espera", dijo el Odio, "en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿Quién eres? "El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo: " soy La Rutina."
Zanahoria, huevo o café
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?" -"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, padre?" El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua." ¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

Mi bambú amado

Había una vez, un maravilloso jardín, situado en el centro de un campo. El dueño acostumbraba pasear por él al sol de mediodía Un esbelto bambú era el más bello y estimado de todos los árboles de su jardín. Este bambú crecía y se hacía cada vez más hermoso. El sabía que su Señor lo amaba y que él era su alegría .Un día, su dueño pensativo, se aproximó a su amado bambú y, con sentimiento de profunda veneración el bambú inclinó su imponente cabeza. El Señor le dijo: -"Querido bambú, Yo necesito de ti. "El bambú respondió: -"Señor, estoy dispuesto; haz de mí lo que quieras. "El bambú estaba feliz. Parecía haber llegado la gran hora de su vida: su dueño necesitaba de él y él iría a servirle. Con su voz grave, el Señor le dijo: -"Bambú, sólo podré usarte podándote."-"¿Podar? ¿Podarme a mí, Señor?...¡Por favor, no hagas eso! Deja mi bella figura. Tú vez cómo todos me admiran."-"Mi amado bambú," -la voz del Señor se volvió más grave todavía.- "No importa que te admiren o no te admiren... si yo no te podara, no podría usarte. "En el jardín, todo quedó en silencio... el viento contuvo la respiración. Finalmente el bello bambú se inclinó y susurró: -"Señor, si no me puedes usar sin podar, entonces haz conmigo lo que quieras."- "Mi querido bambú, también debo cortar tus hojas..."El sol se escondió detrás de las nubes... unas mariposas volaron asustadas...El bambú temblando y a media voz dijo: -"Señor, córtalas..."Dijo el Señor nuevamente: -"Todavía no es suficiente, mi querido bambú, debo además cortarte por el medio y sacarte el corazón. Si no hago esto, no podré usarte."- "Por favor Señor" -dijo el bambú- "yo no podré vivir más... ¿Cómo podré vivir sin corazón?" -"Debo sacarte el corazón, de lo contrario no podré usarte. "Hubo un profundo silencio... algunos sollozos y lágrimas cayeron. Después el bambú se inclinó hasta el suelo y dijo: -"Señor, poda, corta, parte, divide, saca mi corazón... tómame por entero. "El Señor deshojó, el Señor arrancó, el Señor partió, el Señor sacó el corazón. Después llevó al bambú y lo puso en medio de un árido campo y cerca de una fuente donde brotaba agua fresca. Ahí el Señor acostó cuidadosamente en el suelo a su querido bambú; ató una de las extremidades de su tallo a la fuente y la otra la orientó hacia el campo.La fuente cantó dando la bienvenida al bambú. Las aguas cristalinas se precipitaron alegres a través del cuerpo despedazado del bambú... corrieron sobre los campos resecos que tanto habían suplicado por ellas. Ahí se sembró trigo, maíz, soya y se cultivó una huerta. Los días pasaron y los sembradíos brotaron, crecieron y todo se volvió verde... y vino el tiempo de cosecha.Así, el tan maravilloso bambú de antes, en su despojo, en su aniquilamiento y en su humildad, se transformó en una gran bendición para toda aquella región.

Ideas (II)

Dolor
Él Dr Brand, refiere el caso de Tanya, una niña conducida a su consultorio con un vendaje sobre un tobillo dislocado. El médico lo movió con libertad en una y en otra dirección. Llegó a hacer ciertos movimientos extremos, pero Tanya no lo notaba. Sacó entonces el vendaje y descubrió que su pie estaba infectado y con llagas. Nuevamente examinó el pie, profundizó las heridas hasta llegar al hueso. El Doctor quería ver si había alguna reacción en Tanya, pero ella se mostraba más bien aburrida. Su madre entonces le contó algunos de los episodios de Tanya. Cuando tenía dos años: fui a la habitación de Tanya y la encontré sentada en el piso. Dibujaba remolinos rojos con sus dedos sobre un plástico. En primera instancia no me di cuenta, pero cuando me acerqué grité espantada. Era algo horrible. Tanya se había lastimado la punta de su dedo y estaba sangrando y esa era la tinta que estaba utilizando para hacer sus diseños. Grité horrorizada: Tanya, ¿qué pasa? Ella me sonrió y allí comprendí todo al ver la sangre manchando sus dientecitos. Ella misma se había mordido el dedo y estaba jugando con su sangre. Durante varios meses los padres de Tanya trataron de que no se mordiera los dedos. Pero ella se los fue mordiendo todos, uno por uno. El padre llegó a llamarla "El Monstruo". El Dr. Brand escribe: "Tanya no es un monstruo, sino un ejemplo extremo- una metáfora humana- de lo que puede ser la vida sin dolor". Este cirujano llega a la conclusión de que "la vida sin dolor nos puede producir un daño enorme".




Eco
Jorge, un día se divertía en el campo en ir montado sobre un palo de escoba, como si fuera un asno y en gritar: ¡Arre! ¡Arre! Pero inmediatamente oyó las mismas palabras en el bosque cercano. Creyendo que algún niño se hubiera escondido en él, le preguntó admirado: ¿Quién eres tú? La voz misteriosa repitió inmediatamente: ¿Quién eres tú? Jorge, lleno de furor, le gritó entonces: Tú eres un necio. Enseguida la misteriosa voz repitió las mismas palabras. Entonces Jorge montó en cólera y lanzó palabras cada vez más injuriosas contra el desconocido que suponía escondido; pero el eco se las devolvía con la máxima fidelidad. Jorge corrió al bosque para descubrir al insolente y vengarse de él, pero no encontró a nadie. Marchó a su casa, y fue a consolarse con su mamá de lo que le había sucedido, diciéndole que un bribonzuelo, escondido en el bosque, lo había colmado de injurias.
-Esta vez te has engañado, pues lo que has oído ha sido el eco de tus mismas palabras - le dijo la madre -. Si tú hubieras dicho en alta voz una palabra afectuosa, la voz de que hablas te hubiera respondido también en términos afectuosos.
Hombre rico
Soy un hombre rico y me propongo demandar a la revista Fortune, pues me hizo víctima de una omisión inexplicable. Resulta que publicó la lista de los hombres más ricos del planeta y en esta lista no aparezco yo. Aparecen, sí, el sultán de Brunei, que tiene una fortuna estimada en 37 mil millones de dólares, y aparecen también los herederos de Sam Walton, con 24 mil y Takichiro Mori, con 14 mil.
Figuran ahí también personalidades como la Reina Isabel de Inglaterra, con 11 mil millones de dólares; Stavros Niarkos con 4 mil, y los mexicanos Carlos Slim, con 2 mil y Emilio Azcárraga, con 2,600. Sin embargo a mí no me menciona la revista. Y yo soy un hombre rico, inmensamente rico.
Y si no, vean ustedes.
Tengo vida, que recibí no sé por qué, y salud, que conservo no sé cómo. Tengo una familia: esposa adorable que al entregarme su vida me dio lo mejor de la mía; hijos maravillosos de quienes no he recibido sino felicidad; nietos con los cuales ejerzo una nueva y gozosa paternidad, ahora totalmente irresponsable. Tengo hermanos que son como mis amigos, y amigos que son como mis hermanos. Tengo gente que me ama con sinceridad a pesar de mis defectos, y a la que yo amo con sinceridad a pesar de mis defectos. Tengo cuatro lectores a los que cada día les doy gracias porque leen bien lo que yo escribo mal.
Tengo una casa, y en ella muchos libros (mi esposa diría que tengo muchos libros, y entre ellos una casa). Poseo un pedacito del mundo en la forma de un huerto que cada año me da manzanas que habrían acortado aún más la presencia de Adán y Eva en el Paraíso. Tengo un perro que no se va a dormir hasta que llego, y que me recibe como si fuera yo el dueño de los cielos y la tierra.
Tengo ojos que ven y oídos que oyen; pies que caminan y manos que acarician; cerebro que piensa cosas que a otros se les habían ocurrido ya, pero que a mí no se me habían ocurrido nunca.
Soy dueño de la común herencia de los hombres: alegrías para disfrutarlas y penas para hermanarme con los que sufren. Y tengo fe en un Dios bueno que guarda para mí infinito amor. ¿Puede haber mayores riquezas que las mías? ¿Por qué, entonces, no me puso la revista Fortune en la lista de los hombres más ricos del planeta?









Juego del fútbol
Un muchacho vivía solo con su padre, ambos tenían una relación extraordinaria y muy especial. El joven pertenecía al equipo de fútbol americano de su colegio, usualmente no tenía la oportunidad de jugar, bueno, casi nunca, sin embargo su padre permanecía siempre en las gradas haciéndole compañía. El joven era el más bajo de la clase cuando comenzó la secundaria e insistía en participar en el equipo de fútbol del colegio. Su padre siempre le recordaba que no tenía que jugar fútbol si no lo deseaba... pero su hijo disfrutaba con el fútbol y no faltaba a un entrenamiento ni a un partido. Estaba decidido a dar lo mejor de sí. Durante su vida en secundaria lo recordaron como el "calentador de la banca", debido a que siempre permanecía sentado... Su padre con su espíritu de luchador, siempre estaba en las gradas, dándole compañía, palabras de aliento y el mejor apoyo que hijo alguno podría esperar. Cuando comenzó la Universidad, intentó entrar en el equipo de fútbol. Todos sus amigos estaban convencidos de que no lo lograría, y todos se equivocaron. El entrenador le dio la noticia, admitiendo que lo había aceptado por cómo había perseverado poniendo todo su corazón y su alma en cada uno de los entrenamientos y por cómo animaba a todo el equipo. La noticia llenó por completo su corazón, corrió al teléfono más cercano y llamó a su padre, quien compartió con él la emoción. Le enviaba en todas las temporadas todas las entradas para que asistiera a los juegos de la Universidad. El muchacho nunca faltó a un entrenamiento ni a un partido en los cuatro años de la universidad, aunque nunca tuviera la oportunidad de jugar. Era el final de la temporada y justo unos minutos antes que comenzara el primer juego de las eliminatorias, el entrenador le entregó un telegrama. El joven lo tomó y luego de leerlo se quedó en silencio... temblando le dijo al entrenador: Mi padre murió esta mañana, ¿puedo faltar hoy al partido?. El entrenador lo abrazó y le dijo Toma el resto de la semana libre, hijo. Y no se te ocurra venir el sábado. Llegó el sábado, y el juego no estaba muy bien, en el tercer cuarto: el equipo estaba 10 puntos por debajo, cuando el joven entró a los vestuarios. Calladamente se colocó el uniforme y corrió hacia donde estaba el entrenador y su equipo, quienes estaban impresionados de ver a su compañero de regreso. Entrenador por favor, permítame jugar... yo tengo que jugar hoy, imploró el joven. El entrenador pretendió no escucharle: de ninguna manera podía permitir que su peor jugador entrara en el cierre de las eliminatorias. Pero el joven insistió tanto, que finalmente el entrenador sintiendo lástima lo aceptó: Bien hijo, puedes entrar, el campo es todo tuyo. Minutos después el entrenador, el equipo y el público, no podían creer lo que estaban viendo. El pequeño desconocido, que nunca había participado en ningún juego, estaba haciendo todo perfectamente brillante, nadie podía detenerlo en el campo, corría fácilmente como toda una estrella. Su equipo comenzó a ganar, hasta que empató el juego. En los segundos de cierre el muchacho interceptó un pase y corrió todo el campo hasta ganar con un touchdown. La gente que estaba en las gradas gritaba emocionada y su equipo lo llevó cargado por todo el campo. Finalmente cuando todo terminó, el entrenador notó que el joven estaba sentado calladamente y solo en una esquina, se acercó y le dijo: Muchacho no puedo creerlo, ¡estuviste fantástico! Dime, ¿cómo lo lograste? El joven miró al entrenador y le dijo: Usted sabe que mi padre murió... pero no sabía que mi padre era ciego. Mi padre asistió a todos mis juegos, pero hoy era la primera vez que podía verme jugar... y yo quise demostrarle que sí podía hacerlo.

Libro de tu vida
Hoy cierras un volumen más del libro de tu vida. Cuando comenzaste este libro todo era tuyo, te lo puso Dios en las manos. Podías hacer con él lo que quisieras: un poema, una pesadilla, una blasfemia, un sistema, una oración. Podías... Hoy ya no puedes; no es tuyo, ya lo has escrito, ahora es de Dios. Se lo va a leer todo Dios el mismo día en que mueras, con todos sus detalles. Ya no puedes corregirlo. Ha pasado al dominio de la eternidad. Piensa unos momentos en esta ultima noche del año. Toma tu libro y hojéalo despacio, deja pasar sus páginas por tus manos y por tu conciencia. Ten el gusto de verte a ti mismo. Lee todo. Repite aquellas páginas de tu vida en las que pusiste tu mejor estilo. No olvides que uno de tus mejores maestros eres tú mismo. Lee también aquellas páginas que nunca quisieras haberlas escrito. No, no intentes arrancarlas, es inútil. Ten valor para leerlas, son tuyas. No puedes arrancarlas, pero puedes anularlas cuando escribas tu siguiente libro. Si lo haces, Dios pasará estas de corrida cuando te lea tu libro en el último día. Lee tu libro viejo en la última noche del Año. Hay en él trozos de ti mismo; es un drama apasionado en el que el primer personaje eres tú. Tú en escena con Dios, con tu familia, con tu trabajo, con la sociedad. Tú lo has escrito con el instrumento asombroso de tu libre albedrío sobre la superficie inmensa y movediza del mundo. Es un libro misterioso, que en su mayor parte, la más interesante, no puede leerlo nadie mas que Dios y tu. Si tienes ganas de besarlo, bésalo, si tienes ganas de llorar, llora fuerte sobre tu viejo libro en esta ultima noche del año. Pero, sobre todo, reza sobre tu libro viejo. Cógelo en tus manos, levántalo hacia el cielo y dile a Dios sólo dos palabras: Gracias y perdón. Después dáselo a Cristo. No importa como esté, aunque tenga páginas negras, Cristo sabe perdonar. Esta noche te ha de dar Dios otro libro completamente blanco y nuevo. Es todo tuyo. Vas a poder escribir en él lo que quieras. Pon el nombre de Dios en la primera pagina. Después dile que no te deje escribirlo solo. Dile que te tenga siempre de la mano... y del corazón.













Matrimonio, servicio técnico
Señores Servicio Técnico: El año pasado cambié de la versión Novia 7.0 a Esposa 1.0, y he observado que el programa inició un proceso inesperado de subrutina llamado "Hijo" que me ocupó mucho espacio y recursos importantes y eso que el programa también ocupa muchísimo disco duro. Por otra parte, Esposa 1.0 se autoinstala como residente en todos los demás programas y se lanza durante el inicio de cualquier otra aplicación, monitoreando todas las actividades del sistema. Aplicaciones como Cerveza con Amigos 10.3, Noche de Tragos 2.5, y Fútbol Dominguero 5.0 ya no funcionan y el sistema se cuelga cada vez que intento cargarlos. De vez en cuando se lanza un programa oculto (¿virus?) denominado Suegra 1.0 que parece residente en memoria y que consigue colgar el sistema o que Esposa 1.0 se comporte de manera totalmente impredecible, por ejemplo, dejando de atender a cualquier comando que introduzco. No he logrado desinstalar este residente. Aparentemente, no puedo lograr mantener a Esposa 1.0 en minimizado al correr alguna de mis aplicaciones favoritas. Estoy pensando en poder volver al programa anterior Novia 7.0, pero no me funciona el desinstalar. ¿Me podría ayudar?. Muchas gracias. Un usuario afligido.
RESPUESTA:
Estimado Usuario:
Éste es un motivo de queja muy común entre los usuarios, pero se debe en la mayoría de los casos a un error básico de concepto. Mucha gente pasa de cualquier versión de Novia X.0 a Esposa 1.0 con la idea de que Esposa 1.0 es solo un programa de "Entretenimiento y Utilidades". Sin embargo, Esposa 1.0 es un SISTEMA OPERATIVO completo y su creador lo diseño para controlar todo el sistema. Es muy poco probable que pueda Ud. desinstalar a Esposa 1.0 y regresar a cualquier versión de Novia X.0. Hay archivos operativos ocultos en su sistema que harían que Novia X.0 emulara a Esposa 1.0, así que no se gana nada. Es imposible desinstalar, eliminar, o purgar los archivos del programa una vez instalados. No puede volver a Novia X.0 porque Esposa 1.0 no esta programado para eso. Lo mismo pasa con Suegra 1.0 que es una aplicación oculta que se auto instala en el sistema mientras Esposa 1.0 funciona. Hay quienes han intentado él formateo total del sistema para luego instalar los programas Novia "plus" o Esposa 2.0 pero terminan con mas problemas que antes. Vea el Manual, apartado "Precauciones" capítulos: "Pago de alimentos y pensiones - Mantenimiento de hijos". Por otro lado, si cambia a Novia 8.0 no intente luego pasar a Esposa 2.0 porque los problemas que provoca este nuevo sistema operativo no son idénticos, sino peores, que los de Esposa 1.0. No obstante se ofrecen versiones Esposa 3.0 e incluso 4.0, que son programas reservados a disque especialistas, pero al fin y al cabo pufo de altísimo precio, memoria y a costo de la salud del software de los usuarios; para nada aconsejables. Si todos fallan, es preferible optar por sistemas basados en plataformas completamente diferentes como Celibato 1.0..., pero yo le recomiendo que mantenga a Esposa 1.0 y maneje la situación lo mejor posible. Personalmente tengo también instalado a Esposa 1.0 y le sugiero que estudie toda la sección del manual sobre "Fallos Generales de Sociedad" (FGS's). Esposa 1.0 es un programa muy sensible a los comandos y funciona en modo "protegido contra fallos". Esto significa que Ud. deberá asumir la responsabilidad por cualquier problema que se produzca independientemente de su causa porque el programa siempre considerara que cualquier fallo en el sistema es debido a un mal uso por parte del usuario. Uno de los mejores recursos es la aplicación del comando C:\PEDIRPERDON en cuanto se produzca un problema o el sistema se cuelgue. No reinicie el sistema porque seguirá sin funcionar. Evite el uso excesivo de la tecla "ESC" o "SUPR", porque luego deberá aplicar el comando Pedirperdon.exe /flores /All para que el programa vuelva a funcionar normalmente. El sistema funcionará bien mientras usted cargue con todas las culpas por los FGS's. Esposa 1.0 es un programa muy interesante, pero con un alto costo de mantenimiento. Considere la posibilidad de instalar algún software adicional para mejorar el rendimiento de Esposa 1.0. Le recomiendo Flores 5.0., Joyitas 2.3 y en ultimo caso Viaje de Vacaciones 3.2, también puede usar Simiamor 8.0 o Loquetudigas 14.7. Estos programas son programas "Shareware" muy difundidos que funcionan muy bien como residentes y los puede obtener casi en cualquier sitio. Jamás instale Secretariaconminifalda 3.3, Amiguita 1.1 o Amigotes 4.6. Estos programas no funcionan bajo Esposa 1.0 y probablemente causen daños irreversibles al Sistema Operativo. Mucha suerte. Servicio Técnico

El equilibrista

En Nueva York se han construido dos rascacielos impresionantemente altos, a treinta metros de distancia uno del otro. Un famoso equilibrista tendió una cuerda en lo más alto de estos edificios gemelos con el fin de pasar caminando sobre ella. Antes dijo a la multitud expectante:
- Me subiré y cruzaré sobre la cuerda, pero necesito que ustedes crean en mí y tengan confianza en que lo voy a lograr..
- Claro que sí, respondieron todos al mismo tiempo.
Subió por el elevador y, ayudándose de una vara de equilibrio, comenzó a atravesar de un edificio a otro sobre la cuerda floja. Habiendo logrado la hazaña, bajó y dijo a la multitud que le aplaudía emocionada:
- Ahora voy a pasar por segunda ocasión, pero sin la ayuda de la vara. Por tanto, más que antes, necesito su confianza y su fe en mí.
El equilibrista subió nuevamente por el elevador y luego comenzó a cruzar lentamente de un edificio hasta el otro. La gente estaba muda de asombro y aplaudía. Entonces el equilibrista bajó y en medio de las ovaciones por tercera vez dijo:
- Ahora pasaré por última vez, pero empujaré una carretilla sobre la cuerda... Necesito, más que nunca, que crean en mí y confíen en mí.
La multitud guardaba un tenso silencio. Nadie se atrevía a creer que esto fuera posible...
- Basta que una sola persona confíe en mí y lo haré, afirmó el equilibrista.
Entonces uno de los que estaba atrás gritó:
- Sí, sí, yo creo en ti; tú puedes. Yo confío en ti...
El equilibrista para certificar su confianza, lo retó:
- Si de veras confías en mí, vente conmigo y súbete a la carretilla...

El naufrago
El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabitada isla. El oró fervientemente a Dios pidiéndole ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.
Cansado, finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y almacenar sus pocas pertenencias.
Un día, tras de merodear por la isla en busca de alimento, regresó a casa para encontrar su cabañita envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido... lo había perdido todo. Quedó anonadado con tristeza y rabia.
"Dios: como me pudiste hacer esto a mi!" se lamentó. Temprano al día siguiente, sin embargo, fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Había venido a rescatarlo.
"Cómo supieron que estaba aquí?" preguntó el cansado hombre a sus salvadores. "Vimos su señal de humo", contestaron ellos.


El paquete de galletas
Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación le informaron que el tren en el que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora. La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo. Buscó un banco en él anden central y se sentó preparada para la espera.
Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. Imprevistamente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.
La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos. Como respuesta, el joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió. La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho. El dialogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta.
La señora cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete solo quedaba la última galleta. "- No podrá ser tan descarado", pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas. Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad. Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su compañera de banco.
¡Gracias! - dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad.
"De nada" - contestó el joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad. Entonces el tren anunció su partida...
La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavía sentado en el anden y pensó: "¡Que insolente, que mal educado, que ser de nuestro mundo!". Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas intacto.

El portero del botiquín
No había en el pueblo peor oficio que el de portero del botiquín. Pero ¿que otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenia ninguna otra actividad ni oficio.
Un día se hizo cargo del botiquín un joven con inquietudes, creativo y emprendedor. El joven decidió modernizar el negocio.
Hizo cambios y después cito al personal para darle nuevas instrucciones. Al portero, le dijo: A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar un reporte semanal donde registrara la cantidad de personas que entran día por día y anotara sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio.
El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero.....
Me encantaría satisfacerlo, señor - balbuceo - pero yo... yo no se leer ni escribir.
-¡Ah! ¡Cuanto lo siento!- Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabaje en esto toda mi vida. No lo dejo terminar. Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le vamos a dar una indemnización para que tenga hasta que encuentre otra cosa. ASÍ que, lo siento. Que tenga suerte. Y sin más, se dio vuelta y se fue. El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación. ¿Qué hacer? Recordó que en el botiquín, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, el, con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo. El problema es que solo contaba con unos clavos oxidados y una tenaza mellada. Usaría parte del dinero para comprar una caja de herramientas completa. Como en el pueblo no había una ferretería, debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. ¿Que más da? Pensó, y emprendió la marcha. A su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas. De inmediato su vecino llamo a la puerta de su casa. Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme. Mire, si, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar... como me quede sin empleo... Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano. Esta bien. A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino toco la puerta. Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por que no me lo vende? No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería esta a dos días de mula. Hagamos un trato -dijo el vecino- Yo le pagare los dos días de ida y los dos de vuelta, más el precio del martillo, total usted esta sin trabajar. ¿Que le parece?. Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días... Acepto. Volvió a montar su mula. Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa. Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo? Si....Yo necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus cuatros días de viaje, más una pequeña ganancia. Yo no dispongo de tiempo para el viaje. El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino Eligio una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pago y se fue. "...No dispongo de cuatro días para compras", recordaba. Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que el viajara a traer herramientas. En el siguiente viaje arriesgo un poco más del dinero trayendo más herramientas que las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de viajes. La voz empezó a corredse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes. Alquilo un galpón para almacenar las herramientas y algunas semanas después, con una vidriera, el galpón se transformo en la primer ferretería del pueblo. Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos. El era un buen cliente. Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar dos días de marcha. Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para el las cabezas de los martillos. Y luego, por qué no? Las tenazas... y las pinzas... y los cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos.... Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel hombre se transformo con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de herramientas. Un día decidió donar a su pueblo una escuela. Allí se enseñaría, además de leer y escribir, las artes y oficios más prácticos de la época. En el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entrego las llaves de la ciudad, lo abrazo y le dijo: Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primer hoja del libro de actas de la nueva escuela.. El honor seria para mi - dijo el hombre -. Creo que nada me gustaría más que firmar allí, pero yo no se leer ni escribir. Yo soy analfabeto. Usted? - dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo -Usted construyo un imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me pregunto, qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir? Yo se lo puedo contestar - respondió el hombre con calma -. Si yo hubiera sabido leer y escribir... seria portero del botiquín!.

El rio del tiempo
Marc Chagall pintó un río y, en el río, arrastradas por la corriente, las cosas que tanto amo en la vida: un violín, el gran pez de la infancia, algunos objetos de su casa natal..., las pequeñas y grandes cosas irremediablemente perdidas por el paso de los anos. Titulo el cuadro El río del Tiempo. Pero en la orilla del río, ilesos y firmes, al margen del curso torrencial del tiempo, pinto una pareja de enamorados.
El artista explico que quería representar el amor victorioso sobre las cosas caducas que pasan. Pensaba, como hemos oído alguna vez, que los anos no nos protegen del amor, pero el amor si que puede protegernos de los anos. El amor sale victorioso del correr del tiempo.

El secreto de la felicidad
Hace muchísimos años vivía un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacia ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que naturalmente, por eso, se consideraba el hombre más feliz de la tierra. Como de costumbre muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero y cuanto se le puede ofrecer a un sabio, y llegaron al colmo de hasta intentar robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano, mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir...
Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz, pero... un día llego ante El, un niño y le dijo: Señor Sabio, al igual que Tu, también quiero ser inmensamente feliz... ¿Por qué no me enseñas todo lo que debo hacer para conseguirlo?
El sabio, por supuesto, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: "A ti te enseñare el secreto para ser feliz, ven conmigo y presta mucha atención, en realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser completamente feliz y estos cofres son mi mente y mi corazón y el gran secreto que estos cofres guardan no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida"...
El primer paso, es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias todos los días por todas las cosas que tienes.
El segundo paso, debes quererte a ti mismo, pero... muchísimo y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de Mi, no hay obstáculo que no pueda vencer...
El tercer paso, debes poner en practica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño a las personas que amas, si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas.
El cuarto paso, no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, pues esto llena tu corazón de rabia... ellos alcanzaron su meta, logra Tu ahora las tuyas...
El quinto paso, no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie ni nada este sentimiento no te dejara nunca ser feliz, y si alguien te ha herido deja que las leyes de Dios hagan justicia y Tú perdona y olvida...
El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, es decir si lo haces mañana te quitaran algo de más valor.
El séptimo paso, no debes maltratar a nadie, todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Y por ultimo una de las cosas más importante en esta vida, levántate siempre con una sonrisa a flor de labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bello de la vida, piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes, ayuda a los demás sin pensar que vas a recibir nada a cambio, mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser también felices".
Aplica estos pasos y veras que fácil es Ser Feliz.

El supermercado de la vida
Asistí al "Supermercado de la vida" y me llevé varias sorpresas.
En el pasillo "religión" no había ni un alma, los anaqueles estaban llenos, pero nadie se acercaba a ellos. Se veía que por ese pasillo casi no transitaba gente, pues estaba algo polvoso. Escogí algunos productos de entre sus anaqueles y los eché a mi carrito. Seguí mi camino y me encontré con el pasillo "estudios". Este pasillo estaba un poco más poblado que el que acababa de pasar, había muchas opciones, productos muy baratos, otros de regular precio y unos muy caros. Había una variedad de opciones y de todas las calidades. Tomé algunos artículos después de analizar contenido, fabricante, precio, marca, etc. y los deposité en mi carrito de super. Tomé el carrito y entré a otro pasillo, éste era el "familia", pocas gentes vi en ese pasillo, casi todos niños y ancianos. Ni un joven vi por allí y sí vi varios adultos, echando en su carrito productos de los anaqueles; se notaban desesperados, como queriendo reponer el tiempo perdido; eso me llamó mucho la atención. Yo tomé algunos productos después de analizar su contenido y los beneficios que me traería al usarlos. Seguí mi camino y me topé con un pasillo lleno de publicidad, carteles, luces, foquitos por todos lados y productos con empaques muy atractivos. Había una gran variedad de productos, de diferentes calidades, tamaños y precios. Todos los empaques llamaban mucho la atención, el pasillo estaba lleno de adolescentes y jóvenes, era el pasillo "sexo". Miré cómo algunos carritos estaban llenos a su totalidad de estos productos. Me llamó la atención un empaque en particular: era una caja enorme, con colores y empaque muy bonitos y llamativos, fue tanta mi curiosidad que, sin que se dieran cuenta los vigilantes de la tienda, lo abrí muy despacio para ver su contenido, pero me llevé una gran desilusión: el paquete estaba vacío… pensando en que el fabricante había cometido un error, tomé otro igual y lo abrí, pero el paquete también estaba vacío. Me dio mucho coraje y empecé a rabiar contra el dueño de la tienda ¿cómo es posible que venda sólo empaques, sin contenido dentro, engañando a sus consumidores? Regresé el producto al anaquel y seguí por los pasillos. Entré a uno que se llama "amigos", ahí sí que había grandes variedades y había desde productos excelentes hasta unos de dudosa procedencia y baja calidad. Me encontré algunos productos olvidados, de esos que fueron buenos, pero pasaron de moda. Elegí algunos productos excelentes y otros de "los olvidados", las demás gentes del pasillo me miraban extrañadas al ver que seleccionaba productos "olvidados". Había un pasillo al que no quise entrar, se llama "vecinos" y es que son productos tan complicados y tenía tanta prisa, que mejor ni entrar a verlos. Por último, llegué al pasillo "trabajo", nuevamente me encontré con muchas opciones y elegí no el que más me gustó, sino el que podía comprar, el que más se adecuaba a mis posibilidades, pero de todas formas era bueno. Este pasillo estaba lleno de los "caza ofertas", buscando gangas, productos que ofrecieran muchos beneficios con poca inversión. Por fin llegué a la fila de la caja registradora. Todas las cajas registradoras estaban llenas y esperé pacientemente mi turno, aprovechando el tiempo observando lo que otros compradores traían en sus carritos. Pocos eran los que traían productos del pasillo "religión", la mayoría de esos productos eran muy pequeños; era difícil reconocerlos en los carritos, los traían como "escondidos". Artículos del pasillo de "estudios" tampoco había muchos, aunque en algunos carritos sí se veían algunos, de diferentes precios y tamaños. Del pasillo "familia" se veían un poco más que los del pasillo "religión", pero eran también pocos. Los fabricantes del pasillo "sexo" debían estar felices, casi todos los carritos estaban repletos de sus productos y me quedé pensando: siendo tan maravillosos estos productos, ¿porqué se empeñan en engañar así a los consumidores? Se notaban ansiosos de llegar a la caja, irse a casa y empezar a usar esos "novedosos" productos. Se veían algunos productos del pasillo "amigos", pero todos de moda, nadie traía ninguno de "los olvidados". Algunos otros traían productos del pasillo "vecinos" y más de la mitad habían decidido comprar artículos del pasillo "trabajo", de ese pasillo había muchos productos muy variados en los carritos de los clientes, pero principalmente eran productos en oferta. Por fin llegué a la caja registradora, la cajera me miró extrañada y me dijo: "hace tiempo que nadie compraba artículos del pasillo de "religión", tengo entendido que el dueño del super piensa en quitar esa sección" y continuó: "El pasillo que está siendo un éxito es el de "sexo", qué raro que Ud. no traiga productos de ese pasillo". Yo me limitaba a escuchar a la cajera. Ella continuó: "Estos productos del pasillo "amigos" están caducos, ¿de todas formas los va a llevar?" Respondí afirmativamente. "Bueno", me dijo ella "Usted no es un consumidor común, ha comprado artículos muy diferentes a los demás clientes y no ha comprado lo que compra la mayoría, pero le voy a decir un secreto: los que lleva usted son de buena calidad y casi no hay ganancia para el dueño, pero los que llevan casi todos los demás…no sirven, pero le dejan muy buena utilidad al negocio". Le agradecí el comentario, pagué y me retiré pensando: ¿habré hecho una buena compra?, ¿puse en mi carrito lo que necesitaba?, ¿me faltó comprar del pasillo "vecinos"? o ¿debí haber devuelto a los estantes alguno de los que ya había puesto en mi carrito? Bueno, pensé, en mi carrito está lo que YO he puesto, nadie más lo puso en MI carrito, la próxima vez que venga al super, sacaré de mi carrito lo que no me gusta y compraré lo que me hace falta.

344. Las manos más hermosas

Una leyenda cuenta que hace mucho tiempo vivían en un palacio real tres hermosas damas. Una mañana, mientras paseaban por el maravilloso jardín con sus fuentes y rosales, empezaron a preguntarse cuál de las tres tenía las manos más hermosas. Elena, que se había teñido los dedos mientras sacaba las deliciosas fresas, pensaba que las suyas eran las más hermosas. Antonieta había estado entre las rosas fragantes y sus manos habían quedado impregnadas de perfume. Para ella las suyas eran las más hermosas. Juana había metido los dedos en el claro arroyo y las gotas de agua daban resplandores como si fuerandiamantes. Ella pensaba que sus manos eran las más hermosas.

En esos momentos, llegó una muchacha menesterosa que pidió que le dieran una limosna, pero las damas reales apartaron de ella sus vestiduras reales y se alejaron. La mendiga, pasó a una cabaña que se hallaba cerca de allí y una mujer tostada por el sol y con las manos manchadas por el trabajo, le dio pan. La mendiga, continúa diciendo la leyenda, se transformó en un ángel que apareció en la puerta del jardín y dijo: Las manos más hermosas son aquellas que están dispuestas a bendecir y ayudar a sus semejantes.


348. Los clavos

Había un joven que tenia muy mal carácter. Un día su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debería clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa. El primer día el joven clavó 37 clavos en la cerca... Pero poco a poco fue calmándose porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca. Finalmente llegó el día cuando el muchacho no perdió la calma para nada... y se lo dijo a su padre y entonces el papá le sugirió que por cada día que controlara su carácter debería sacar un clavo de la cerca. Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca... entonces el papá llevo de la mano a su hijo a la cerca de atrás. Mira hijo, has hecho bien... pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca... Ya la cerca nunca será la misma de antes... Cuando dices o haces cosas con coraje, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca.

Importancia del tiempo
Imagínate que existe un banco, que cada mañana acredita en tu cuenta la suma de $86.400.oo. No arrastra tu saldo día a día, cada noche borra cualquier cantidad de tu saldo que no usaste durante el día.
¿Qué harías? retirar hasta el último centavo, por supuesto!!!!
Cada uno de nosotros, tiene ese banco. Su nombre es tiempo. Cada mañana, este banco te acredita 86,400 segundos.
Cada noche, este banco borra , y da como perdido, cualquier cantidad de ese crédito que no has invertido en un buen propósito. Este banco no arrastra saldos ni permite sobregiros. Cada día te abre una nueva cuenta. Cada noche elimina los saldos del día. Si no usas tus depósitos del día, la perdida es tuya. No se puede dar marcha atrás. No existen los giros a cuenta del deposito de mañana. Debes vivir en el presente con los depósitos de hoy.
Invierte de tal manera, de conseguir lo mejor en salud, felicidad y éxito. El reloj sigue su marcha. Consigue lo máximo en el día.
Para entender el valor de un año, pregúntale a algún estudiante que perdió el año de estudios.
Para entender el valor de un mes, pregúntale a una madre que alumbró a un bebe prematuro.
Para entender el valor de una semana, pregúntale al editor de un semanario.
Para entender el valor de una hora, pregúntale a los amantes que esperan a encontrarse.
Para entender el valor de un minuto, pregúntale a una persona que perdió el tren.
Para entender el valor de un segundo, pregúntale a una persona que con las justas evito un accidente.
Para entender el valor de una milésima de segundo, pregúntale a la persona que gano una medalla de plata en las olimpiadas.
Atesora cada momento que vivas y atesóralo mas si lo compartiste con alguien especial, lo suficientemente especial como para dedicarle tu tiempo y recuerda que el tiempo no espera por nadie.
Ayer es historia. Mañana es misterio. Hoy es una dádiva. Por eso es que se le llama el presente!

INSTALAR AMOR.COM.

Centro de atención al cliente: Sí, dígame, en qué puedo ayudarle.
Cliente: acabo de adquirir el nuevo programa Amor.com y me gustaría recibir indicaciones para instalarlo en mi ordenador.
CAC: Lo primero que tiene que hacer es abrir el directorio MI CORAZÓN. ¿Lo tiene ya localizado?
C: Si, está, pero hay otros programas ejecutándose en estos momentos. ¿Puedo proceder a la instalación estando estos programas activos?
CAC: ¿Qué programas son?.
C: Vamos a ver...Tengo EGOISMO.EXE, ENVIDIA.PPT Y RESENTIMIENTO.COM ejecutándose en estos momento.
CAC: No hay problema. AMOR.COM borrará automáticamente EGOÍSMO.EXE de su sistema operativo, pero debe usted cerrar completamente los programas ENVIDIA.PPT Y RESENTIMIENTO.COM ya que estos programas pueden alterar la instalación de AMOR.COM.
C: ¿Qué tengo que hacer exactamente?
CAC: Vaya al menú inicio y ejecute la aplicación OLVIDODESI.EXE. Repita esta aplicación tantas veces como sean necesarias para que ENVIDIA.PPT Y RESENTIMIENTO.EXE desaparezcan completamente.
C: Bien... parece que funciona...AMOR.EXE ha comenzado a instalarse automáticamente en cuanto OLVIDODESI.EXE ha entrado en acción. ¿Es normal?
CAC: Sí, lo es, son aplicaciones asociadas. De todas formas recuerde que usted solo tiene el programa base de AMOR.COM. Ahora necesita conectarla a otros ficheros en otros ordenadores para que pueda conseguir las actualizaciones.
C: Ohhh, acaba de aparecer un mensaje de error.
CAC: ¿De qué mensaje se trata?
C: Dice: Error 412. El programa no está ejecutándose a causa de componentes internos.
CAC: No se preocupe, esto significa que aún debe eliminar de su disco duro algunos programas defectuosos como CARASLARGAS.BAT, ENFADOS.PPT; y COMPARACIONES.DOC que seguramente estaban en la papelera de reciclaje pero no han sido totalmente eliminados. Vacíe totalmente la papelera.
C: Conseguido; MICORAZÓN se está llenando de ficheros organizados: el vídeo SONRISA.MPG está viéndose en mi monitor y PAZ.EXE y FELICIDAD.COM se están auto-escribiendo en MICORAZÓN.
CAC: Entonces la aplicación AMOR está instalada y ejecutándose correctamente. Una última indicación: cada día antes de iniciar sus sesiones asegúrese de que no han entrado ninguno de los siguientes virus en su sistema operativo: SUSPICACIA1987; INCOMPRENSIÓN36; y CRITICA2000. Para eliminar estos virus es necesario que adquiera usted el antivirus GENEROSIDAD-SACRIFICIO-PERDÓN.
C: creo que lo tengo; me aseguraré de aplicarlo cada día.
CAC: Perfecto. AMOR.COM es “freeware”. Asegúrese de distribuirlo y enviárselo con todos sus módulos a todo el mundo que conozca. Ha sido un placer ayudarle.

106. QUÉ ES LA RIQUEZA

GRUPO 1 Arquitecto: Tener proyectos que me permitan ganar mucho DINERO Ingeniero: Desarrollar sistemas que sean útiles y muy BIEN PAGADOS Abogado: Ganar muchos casos y tener un BMW Gerente: Tener la empresa en niveles de GANANCIA altos y crecientes Atleta: GANAR fama y reconocimiento mundial
GRUPO 2 Preso de por vida: Caminar LIBRE por las calles Ciego: VER la luz del sol Sordo: ESCUCHAR el sonido del viento Mudo : Poder DECIR a las personas cuanto las amo Invalido: CORRER en una mañana soleada Persona con SIDA: Poder VIVIR un día mas.
428. Oración de un niño
Señor esta noche te pido algo especial, conviérteme en televisor. Quisiera ocupar su lugar, para poder vivir lo que vive el televisor en mi casa. Tener cuarto especial para mí. Congregar a todos los miembros de mi familia a mi alrededor. Ser el centro de atención al que todos quieren escuchar, sin ser interrumpido ni cuestionado. Que me tomen en serio cuando hablo. Sentir el cuidado especial e inmediato que recibe el televisor cuando algo no le funciona. Tener la compañía de mi papá cuando llega a casa aunque venga cansado del trabajo. Que mi mamá me busque cuando este sola y aburrida, en lugar de ignorarme. Que mis hermanos se peleen para estar conmigo. Divertirlos a todos aunque a veces no les diga nada. Vivir la sensación de que lo dejen todo por pasar algunos momentos a mi lado.
NATIVO Y MERCADER.

Un mercader inglés llegó a una de las islas del océano Pacífico. Un nativo se le ofreció para llevarle el equipaje desde el bote hasta el hotel. Durante el camino conversaron sobre los misioneros y su obra evangélica; el negociante, que además era ateo, le preguntó con tono despectivo: -¿Qué bien le ha hecho a usted ser cristiano? -Yo puedo resaltar algo bueno que le ha hecho "a usted" el que yo sea cristiano. ¿Ve allí aquella gran piedra plana? -Si, claro que la veo. -Que bien, porque si usted hubiese venido cuando yo era pagano, le habría degollado sobre aquella piedra plana y luego mis amigos y yo nos lo habríamos comido. En cambio, ahora, le ayudo a transportar su equipaje muy contento de servirle.
UNA MENTIRA
Yo tenía 16 años y estaba viviendo con mis padres en el instituto que mi abuelo había fundado a 18 millas en las afueras de la ciudad de Durban, en Sudáfrica, en medio de plantaciones de azúcar. Estábamos bien adentro del país y no teníamos vecinos, así que a mis dos hermanas y a mi siempre nos entusiasmaba el poder ir a la ciudad a visitar amigos o ir al cine. Un día mi padre me pidó que le llevara a la ciudad para atender una conferencia que duraba el día entero y yo salté a la oportunidad. Como iba a la ciudad, mi madre me dio una lista de cosas del supermercado que necesitaba y, como iba a pasar todo el día en la ciudad, mi padre me pidió que me hiciera cargo de algunas cosas pendientes como llevar el auto al taller. Cuando despedí a mi padre el me dijo: "Nos vemos aquí a las 5 p.m. para irnos a casa". Después de muy rápidamente completar todos los encargos, me fui hasta el cine más cercano. Me enfoqué tanto con una película de John Wayne que me olvidé del tiempo. Eran las 5:30 p. m. cuando me acordé. Corrí al taller, conseguí el auto y me apuré hasta donde mi padre me estaba esperando. Eran casi las 6 p. m. El me preguntó con ansiedad: "¿Por qué llegas tarde?" Me sentía mal por eso y no le podía decir que estaba viendo una película de John Wayne; entonces le dije que el auto no estaba listo y tuve que esperar... esto lo dije sin saber que mi padre ya había llamado al taller. Cuando se dio cuenta que había mentido, me dijo: "Algo no anda bien en la manera que te he criado que no te ha dado la confianza de decirme la verdad. Voy a reflexionar qué es lo que hice mal contigo. Voy a caminar las 18 millas a la casa y pensar sobre esto". Así que vestido con su traje y sus zapatos elegantes, empezó a caminar hasta la casa por caminos de terracería, sin iluminación. No lo podía dejar solo... así que yo manejé 5 horas y media detrás de él...viendo a mi padre sufrir la agonía de una mentira estúpida que yo había dicho. Decidí desde ahí que nunca más iba a mentir.