Nosotras ahora estamos en la tierra preparándonos para ir algún día al Cielo. Todas queremos disfrutar muchos años de vida aquí abajo, y después, estar junto a Ti.
Te pedimos por nuestros familiares que han fallecido, para que los purifiques cuanto antes. Ahora, en este rato junto a Ti, podemos conseguir que muchas personas salgan del purgatorio y se salven para siempre, para siempre, para siempre.
Cuando la Virgen se apareció en Fátima a los tres pastorcillos (Francisco, Jacinta y Lucia), les pidió que ofrecieran sacrificios para que mucha gente se convierta y se vaya al Cielo. Nosotros podemos ayudar a nuestras familias y a nuestros amigos a que sean felices ofreciéndo a Jesús pequeños sacrificios, tan sencillos como:
no ser perezosa y aprovechar el tiempo
estar atenta en las clases, especialmente en las que me gustan menos
haciendo los deberes que me mandan, cada día
obedeciendo en casa a mis padres
poniendo buena cara cuando me cuesta hacer algo
prestando favores a quienes me los pidan
tratando con el mismo cariño a todas las personas (aunque algunas me caigan mejor que otras)
siendo amiga de todas y no dejando nunca de lado a nadie
A Jesús le gustan mucho esas pequeñas mortificaciones que somos capaces de hacer para cumplir con nuestra obligación y querer a las personas que tenemos a nuestro lado. Y, ahora, durante este mes de noviembre, si somos sacrificados y le ofrecemos a Jesús cada día tres o cuatro sacrificios podemos conseguir el Cielo para muchas personas que, desde el purgatorio, nos están gritando: ¡¡por favor, haz algo por nosotros, que nosotros cuando entremos por la puerta grande del Cielo nos acordaremos de ti delante de Dios!!
¡A cuánta gente podemos ayudar a que entren en el Cielo! Serán nuestros mejores amigos, porque una persona a la que hemos ayudado a que se salve nunca se olvidará de nosotros cuando ya esté delante de Dios.
La fuerza más grande que reciben las almas del purgatorio viene de la misa. Yendo a misa, y ofreciéndola por ellas, sacaremos a un montón de personas del purgatorio.
Quizás el mejor propósito que podríamos hacer hoy es ir muchos días a misa durante este mes para rezar por las personas que están en el purgatorio. Así tendremos miles, millones de amigos que nos estarán ayudando desde el Cielo.