
Hay un neopaganismo llamando continuamente a nuestras puertas, y que se cuela.
Vivir la fe en nombre propio, sin anonimato. Que se aleje todo lo que pueda ser hipocresía.
Nuestra fe es un compromiso con la santidad.
Fomentar y favorecer los encuentros personales con el Señor Jesucristo. La santa misa, la oración personal, diaria, en un diálogo de dos… Esos momentos son “espacios de sentido”: momentos y lugares en los que encuentro sentido a la vida. Me paro, pienso y me encuentro frente a frente con la Verdad, y con la verdad de mi vida.
Cada vez que pongo en práctica mi fe, me paro, rezo, reflexiono, me encuentro con el amor de Dios, que me da fuerzas para transformar en amor los sufrimientos de esta vida.
Que mis pensamientos sean los pensamientos de Jesucristo, de Dios.
Nuestra fe nos permite no quedarnos atrapados en la temporalidad de esta vida, sino vivir en la trascendencia.
Con mi vida interior vivifico a mi familia. “La primera y principal relación de una persona es su relación con Dios. Si esa relación es buena, todas las demás relaciones son buenas” (Benedicto XVI).
Cuidar también la formación doctrinal para saber dar razón de nuestra esperanza.
Anécdota de la estudiante de primer curso de periodismo…
Vivir la fe en nombre propio, sin anonimato. Que se aleje todo lo que pueda ser hipocresía.
Nuestra fe es un compromiso con la santidad.
Fomentar y favorecer los encuentros personales con el Señor Jesucristo. La santa misa, la oración personal, diaria, en un diálogo de dos… Esos momentos son “espacios de sentido”: momentos y lugares en los que encuentro sentido a la vida. Me paro, pienso y me encuentro frente a frente con la Verdad, y con la verdad de mi vida.
Cada vez que pongo en práctica mi fe, me paro, rezo, reflexiono, me encuentro con el amor de Dios, que me da fuerzas para transformar en amor los sufrimientos de esta vida.
Que mis pensamientos sean los pensamientos de Jesucristo, de Dios.
Nuestra fe nos permite no quedarnos atrapados en la temporalidad de esta vida, sino vivir en la trascendencia.
Con mi vida interior vivifico a mi familia. “La primera y principal relación de una persona es su relación con Dios. Si esa relación es buena, todas las demás relaciones son buenas” (Benedicto XVI).
Cuidar también la formación doctrinal para saber dar razón de nuestra esperanza.
Anécdota de la estudiante de primer curso de periodismo…
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