20.10.10

Tras una mariposa

Estaba un bebe sentadito en el lugar a donde había llegado gateando. Era un jardín  soleado de una mañana primaveral. Una mariposa, revoloteando, llamo su atención y alzo su mano para cogerla. Pero la mariposa se fue volando a otra flor, y el niño se levanto y la siguió.

La mariposa, pizpireta, al abrir y cerrar sus alas volando mostraba el encanto de sus atractivos colores, y el niño corría tras ella. Se detenía en las flores más hermosas, pero solo un instante, y el muchacho no la podía coger.

Un tiempo después el joven la perseguía con una moto. Mas tarde el hombre la quería atrapar desde un coche.

Un día otoñal, estaba sentado al sol, junto a otros seniors, y tuvo el arranque de perseguirla. Pero la carrerita le fatigo. Aquel esfuerzo fue superior a sus fuerzas. Su corazón no resistió.

Sus colegas, tan ancianos como él, exclamaban: ¡Mira que echar a correr detrás de una mariposa…!

(José Murillo)

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