Prefieren justificar esos "peros" a combatir en si mismos la tristeza. Esos hombres son un saco de quejas, lamentaciones y penas, secuela de la tristeza. Alli donde predomina esta tristeza, el trabajo, privado de todo contento, no pasará de ser el cumplimiento de un penoso deber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario