Lc 1, 26-38
1. “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.
En el saludo a María, el Arcangel San Gabriel pone en relación dos realidades: la alegría y la gracia de Dios.
Realmente, sólo quien está junto Jesús -quien participa de la gracia de Dios- está feliz. A los santos se les llama “bienaventurados”.
“La confesión del Jueves Santo”.
“Tengo una alegría que no me cabe en el cuerpo”.
Y para estar alegres, ¿qué hemos de hacer? Caminar junto a Jesús: ponernos a su lado, conocerle, leer el Evangelio, tratarle, quererle... Y acudir a los sacramentos.
“Un corazón alegre se refleja en la faz, en el porte exterior, siempre gozoso y afable, y en la placidez y armonía de espíritu” (Santo Domingo de Guzman).
2. Dios pide a María un lugar en su seno, para Él.
Dios quiere un lugar en lo más íntimo y profundo del corazón de cada hombre.
“Tio: ¿tu fin es Dios?”
Así como Dios llamó a María, continúa llamando. No faltan llamadas de Dios, faltan respuestas generosas.
Terusato Sakimoto.
Card. Martínez-Sistach, (Daumar, 29/03/08).
3. El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá.
Así se porta Dios con las personas que le quieren de verdad.
Dios es el mejor pagador. Da el ciento por uno.
Ni un vaso de agua...
C.M. Pedralbes, 31/03/08
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