2.12.08

Novena 2008

Miércoles 3 de diciembre de 2008

Dicen las noticias y los periódicos que estamos en tiempo de crisis. Todo el mundo habla de la crisis. Y puede que esté año no vengan los Reyes Magos, porque también están en crisis.

Las personas, todos, a lo largo de nuestra vida, pasamos por momentos de crisis: en la infancia, cuando dejamos de ser niñas y nos convertimos en adolescentes; y cuando de la adolescencia entramos en la madurez…; y en otros mil momentos.

Algunas crisis son muy buenas, porque nos ayudan a madurar, a reflexionar, a tomar decisiones, a cambiar de rumbo…

Hoy, en el colegio, pasaremos por momentos críticos, un poco difíciles: llegará el cansancio, nos aburriremos en clase, quizás la comida no sea la que más nos guste; puede que alguien nos haga un comentario molesto… Y después, por la tarde, llegaremos a casa y ¡entraremos otra vez en crisis! porque cuando toque ponerse a estudiar no tendremos ni pizca de gana, y si nos piden un favor lo más probable es que no nos apetezca hacerlo… Llegará la noche, tendremos que ir a dormir, pero se nos ocurrirán unas cuantas cosas que podríamos hacer… Y mañana sonará el despertador y ocurrirá otra vez lo de hoy: una profunda crisis de sueño, y no conseguimos levantarnos a la primera.

La Virgen María, nuestra Madre, también sabe mucho de crisis: el Arcángel San Gabriel –siendo aún niña- le planteó de parte de Dios un cambio radical de vida: convertirse en la Madre de Jesús. No lo entendió, pero dijo que sí. Y nació Jesús, pero no en un lujoso palacio, sino en un mísero pesebre (donde comen las bestias). Y los políticos de la época quisieron matar a Jesús Niño, y San José y María le protegieron emigrando a Egipto, tierra desconocida… Y así, Santa María vivió cada uno de sus días desconcertada, en crisis, sin lujos, sin demasiadas comodidades, sin caprichos…

La Virgen María vivió muchas crisis, ¡pero vivió muy feliz! Era la persona más feliz de la tierra porque fue muy santa: estaba (y está) muy cerca de Jesús.

Hoy, al encontrarnos con alguna dificultad, podemos pensar en la Virgen María, para pedirle ayuda. Ella nos cuida y nos protege como cuidó y protegió a Jesús en la tierra.

¡Madre mía ayúdame en este día!

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