16.10.08

Amor a/de Dios

El hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente.

No teníamos nada... ni nombre... sólo teníamos ideal.

No amamos a nuestros padres? No amaríamos con eterno agradecimiento a un amigo que diese su vida por salvarnos? No querríamos de verdad a un tutor y protector nuestro que nos diera ayuda y nombre y riquezas y consuelo, que caidos nos levantara, desnudos nos vistiera lujosamente, enfermos nos sanara, tristes y solos nos alegrara con su compañía, y tal fuera su poder, muertos nos resucitara? Esto e infinitamente más es y hace con nosotros El Padre, el Hijo y el Espiritu Santo

De nuestro Padre, Notas al decenario, p. 88

Como una madre acaricia a su hijo, así os consolaré yo, os llevaré sobre mi seno y os meceré sobre mis rodillas.

Isaías.

El amor es una cosa muy delicada; es muy fuerte, porque empuja al heroismo, pero muy sensible porque se enfria enseguida con la negligencia y el descuido.

La perseverancia en el amor es cierta perfección del amor mismo, una cualidad que lo avalora y que demuestra su autenticidad. El corazón humano sufre los vaivenes de la vida, está expuesto a la inconstancia porque se apega a lo sensible, que cambia y desaparece; por eso el hombre tiende fácilmente a abandonar la búsqueda de los ideales nobles y altos, que cuestan esfuerzo y exigen perseverancia (EyVC).

Las prisas matan el amor.

Cuando nuestro Padre llegó a Roma, oyó en la estación de trenes que una persona llamaba a un "fachini" (gente que llevaba las maletas a cambio de una propina) "Dottore, dottore". Una persona de la estación les dijo que efectivamente era un "dottore", pero que tenia que sacar adelante la familia...

Nuestro Padre, en Cavabianca, en el año 75, en una tertulia, se lo contó a los del Colegio Romano, explicándoles, que nosotros, por amor a Dios, y a nuestra familia, que es la Obra, teníamos que hacer sacrificios del estilo (Cavabianca se estaba estrenando y había que dedicar muchas horas a trabajar).

El amor es sacrificio.

Toda accion realizada para unirse a Dios en la santa comunion y poder ser bienaventurado es un verdadero sacrificio (San Agustín).

No hay comentarios: