26.2.08

In nomine tuo laxabo rete

1. La Iglesia nació -y es- pequeña

(Benedicto XVI, Jesús de Nazareth, el Reino).

"El contenido central del «Evangelio» es que el Reino de Dios está cerca. Se pone un hito en el tiempo, sucede algo nuevo. Y se pide a los hombres una respuesta a este don: conversión y fe. El centro de esta proclamación es el anuncio de la proximidad del Reino de Dios; anuncio que constituye realmente el centro de las palabras y la actividad de Jesús. Un dato estadístico puede confirmarlo: la expresión «Reino de Dios» aparece en el Nuevo Testamento 122 veces; de ellas, 99 se encuentran en los tres Evangelios sinópticos y 90 están en boca de Jesús".

"El mensaje de Jesús acerca del reino recoge —ya lo hemos visto— afirmaciones que expresan la escasa importancia de este reino en la historia: es como un grano de mostaza, la más pequeña de todas las semillas. Es como la levadura, una parte muy pequeña en comparación con toda la masa, pero determinante para el resultado final. Se compara repetidamente con la simiente que se echa en la tierra y allí sufre distintas suertes: la picotean los pájaros, la ahogan las zarzas o madura y da mucho fruto. Otra parábola habla de que la semilla del reino crece, pero un enemigo sembró en medio de ella cizaña que creció junto al trigo y sólo al final se la aparta (cf. Mt 13, 24-30).

Otro aspecto de esta misteriosa realidad de la «soberanía de Dios» aparece cuando Jesús la compara con un tesoro enterrado en el campo. Quien lo encuentra lo vuelve a enterrar y vende todo lo que tiene para poder comprar el campo, y así quedarse con el tesoro que puede satisfacer todos sus deseos. Una parábola paralela es la de la perla preciosa: quien la encuentra también vende todo para hacerse con ese bien, que vale más que todos los demás (cf. Mt 13, 44 y ss). Otro aspecto de la realidad de la «soberanía de Dios» (reino) se observa cuando Jesús, en unas palabras difíciles de explicar, dice que el «reino de los cielos» sufre violencia y que «los violentos pretenden apoderarse de él» (Mt 11, 12)".

2. La Obra nació -y es- pequeña.

Aniversarios de esta semana.

El 27/02/1946, D. Álvaro llega a Roma, acompañado de don José Orlandis, enviado por nuestro Padre para tramitar la aprobación pontificia de la Obra.

Durante varios meses, D. Álvaro, D. José y D. Salvador Canals, estuvieron viviendo en el n. 49 de Corso del Rinascimento.

Ya al día siguiente de su llegada a Roma don Álvaro se dedicó a conseguir cartas comendaticias de algunos Cardenales recién nombrados en el consistorio de 18-II-1946, ya que solamente traía de obispos de España.

Muchos estaban ya a punto de regresar a su país de origen y eso hacía la tarea más difícil. Había, además, otro problema: la labor de la Obra no era todavía conocida por algunas de las personas a quienes don Álvaro -un sacerdote de 32 años- sin conocerlas previamente pedía cartas comendaticias para la aprobación de la Obra.

Don Álvaro no conocía los idiomas de origen de varios de ellos y tuvo que explicarse y entenderse en latín.

Ninguna de esas dificultades -comentaba don José Orlandis- detenía a don Álvaro, y, cuando le preguntaba si no le imponía un tanto tener que hablar con los Cardenales, don Álvaro respondía que siempre pensaba: in nomine autem tuo laxabo rete...

3. La Iglesia, y la Obra, crecen poco a poco: el plan apostólico diario.

Ideas del cb que nos dio el vsr el día 20/01/2008.

1 comentario:

GS dijo...

Aviso para Joan: he cambiado el formato. Lo siento. Es un guión que sólo me sirve a mi. Problemas de reloj y agenda.