12.6.10

La vid y los sarmientos (Jn 15, 1-8)

El sarmiento chupa de la vid el alimento.

La paciencia de Dios: la poda, esperando el fruto. Dios nos trabaja, nos cuida, nos trata como nos conviene, nos envía lo que necesitamos, nos pone en las situaciones que mejor podemos aprovechar. Dios actúa cada día en nuestra vida.

Unidos a Jesús, estamos vivos y fuertes espiritualmente; producimos buenos frutos (buenas obras), que son consecuencia de nuestras virtudes.

La gracia de Dios no se ve (como la savia), pero tiene un poder transformador, se nota.

Las fuentes en las que podemos recoger y llenarnos de gracia de Dios son:

• Los sacramentos
• La oración
• El sacrificio

Benedicto XVI, orar, 63.5, p. 144.

¿Me doy cuenta de que merece la pena acudir con frecuencia a los sacramentos?

Sin Jesús no podemos hacer nada.

El que se aparta de Jesús se seca, se corrompe, se pudre. Sin la gracia de Dios no tenemos vida, ni alegría, ni felicidad auténtica, seríamos "zombis": muertos vivientes.

Benedicto XVI, orar, 64.5, p. 145.

Ayudar con nuestra palabra y nuestro ejemplo a que otros se acerquen a Jesús: Benedicto XVI, orar, 78.5, p. 150.




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