El pecado y la confesión
1. Los hombres, criaturas sociales, seres relacionales.
Los 4 tipos de relaciones que podemos tener en esta vida:
- familiares.
- profesionales.
- sociales o de amistad.
Estas relaciones son horizontales y humanas. Nos servimos de nuestras cualidades para potenciarlas.
- Podemos tener otro tipo de relaciones, verticales y sobrenaturales: con Dios (nos servimos de otras cualidades que son sobrenaturales -la oración, la fe, la gracia- para fomentarlas).
La primera y principal relación de una criatura es con Dios, su Creador. Si esta relación es buena, todas las demás son buenas (Cfr Orar, Benedicto 16, 10.4, p. 95).
2. Los hombres, criaturas dependientes.
Somos religiosos por naturaleza.
El mayor pecado: desligarse de Dios. Orar, Benedicto 16, 2.4, p. 92.
3. El pecado esclaviza. El gran engaño del pecado: querer desligarse, ser libres, autónomos e independientes para caer en la peor de las esclavitudes.
Parábola del Hijo pródigo (Lc 15).
4. El pecado destruye lo más profundo del alma. El mal del pecado está en su poder autodestructor. El engaño que encierra la expresión: "no hago mal a nadie", o "soy libre y hago lo que quiero".
El pecado es una automutilación, es vivir en la falsedad (Orar, Benedicto 16, 9.4, p. 95).
5. La confesión, un tesoro: libera y re-construye. Orar, Benedicto 16, 34.4, p. 104.
Acudir con frecuencia al sacramento de la confesión, para fortalecer -o restablecer- la relación con Dios.
Orar, Benedicto 16, 38.4, p. 106.
La gracia de Dios enriquece la personalidad humana. (Orar, Benedicto 16, 4.4, p. 93).
En la confesión Jesús se arrodilla ante nosotros (Cfr. Orar, Benedicto 16, 40.4, p. 107) y nos abraza, como en la Última Cena, como el Padre de la parábola del hijo pródigo.
Santuario de Fátima, Capilla de la Reconciliación, 22/07/09.
1. Los hombres, criaturas sociales, seres relacionales.
Los 4 tipos de relaciones que podemos tener en esta vida:
- familiares.
- profesionales.
- sociales o de amistad.
Estas relaciones son horizontales y humanas. Nos servimos de nuestras cualidades para potenciarlas.
- Podemos tener otro tipo de relaciones, verticales y sobrenaturales: con Dios (nos servimos de otras cualidades que son sobrenaturales -la oración, la fe, la gracia- para fomentarlas).
La primera y principal relación de una criatura es con Dios, su Creador. Si esta relación es buena, todas las demás son buenas (Cfr Orar, Benedicto 16, 10.4, p. 95).
2. Los hombres, criaturas dependientes.
Somos religiosos por naturaleza.
El mayor pecado: desligarse de Dios. Orar, Benedicto 16, 2.4, p. 92.
3. El pecado esclaviza. El gran engaño del pecado: querer desligarse, ser libres, autónomos e independientes para caer en la peor de las esclavitudes.
Parábola del Hijo pródigo (Lc 15).
4. El pecado destruye lo más profundo del alma. El mal del pecado está en su poder autodestructor. El engaño que encierra la expresión: "no hago mal a nadie", o "soy libre y hago lo que quiero".
El pecado es una automutilación, es vivir en la falsedad (Orar, Benedicto 16, 9.4, p. 95).
5. La confesión, un tesoro: libera y re-construye. Orar, Benedicto 16, 34.4, p. 104.
Acudir con frecuencia al sacramento de la confesión, para fortalecer -o restablecer- la relación con Dios.
Orar, Benedicto 16, 38.4, p. 106.
La gracia de Dios enriquece la personalidad humana. (Orar, Benedicto 16, 4.4, p. 93).
En la confesión Jesús se arrodilla ante nosotros (Cfr. Orar, Benedicto 16, 40.4, p. 107) y nos abraza, como en la Última Cena, como el Padre de la parábola del hijo pródigo.
Santuario de Fátima, Capilla de la Reconciliación, 22/07/09.
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