
1. La falta de fe (no-confianza en Dios).
2. La soberbia (desmedido amor de uno mismo, acompañada normalmente de un profundo desconocimiento propio).
Son dos grandes enemigos que Impiden la actuación divina en un alma.
- como un árbol que no recibe la sabia de la tierra.
Imposibilitan el desarrollo de algunas virtudes fundamentales (como la fortaleza, que es un don -regalo- del Espíritu Santo)..
- como un coche sin motor.
Facilitan el egotismo. Si no necesito a nadie y yo sólo puedo alcanzar las metas que me propongo, viviré centrado en mi.
Desaparecen del horizonte vital los ideales trascendentes y la vida queda coja.
A medio plazo uno queda sumido en el aislamiento que produce el toparse de repente con el propio vacio interior y la propia mediocridad.
(El remedio) Una sólida vida de piedad (la virtud de la religión puesta en práctica, a diario).
No se puede caminar por esta vida en solitario. Necesitamos guías y maestros que nos orienten y re-orienten. Y necesitamos el perdón de Dios por nuestras -muchas veces- continuas equivocaciones.
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