12.5.08

Las claves del éxito

He tenido la suerte de caer enfermo y pasar unos cuantos días en la cama, justo ahora que tenía mucho trabajo… Sí ha sido una suerte, porque he podido leer tres libros imponentes:

- El corazón, de Dietrich von Hildebrand (el autor debe ser inteligentísimo, pero yo no he entendido nada: un lenguaje filosófico al más alto nivel… muy interesante, pero para especialistas. Pero me lo he acabado…).

- El libro de los Proverbios (de un Autor mucho más inteligente que el anterior, y que además se hace entender, y vaya si se hace entender. ¡Que sentido común, Dios mío!)

- El mejor libro de autoayuda de todos los tiempos, de José Ballesteros.


Aquí está el cuadro-sinóptico que hace el autor al final del libro. Aquí está.


Ley del éxito

Evangelio

I. Todo comienza en tu mente

Ley del control

Para llegar a dirigir y escribir el guión de nuestra propia vida debemos controlar lo que pensamos (nuestra comunicación interior), pues aquello que pensamos sobre cualquier cosa determinará nuestro sentimiento y éste nuestra acción/comportamiento

Mt 15, 11; Mt 15, 19; Mc 7, 15-23

Ley de la correspondencia

Lo que pasa en el exterior es una correspondencia de lo que nos pasa dentro de nosotros mismos. Nuestro mundo exterior de relaciones es un fiel reflejo de cómo estamos po dentro.

Mt 6, 22-23; Mc 4, 24; Lc 6, 41-44

Ley del desarrollo personal

La fortuna que usted consiga durante su vida erá en proporción directa con el grado de desarrollo personal y profesional que alcance.

Lc 6, 22-23; Lc 6, 45; Lc 8, 16-17; Lc 8, 18.

Preocupaciones

El 40% nunca pasarán.

El 30% ya han sucedido

El 12% son sobre la salud sin fundamento ninguno.

El 10% son diversas y no conducen a nada.

Mc 6, 47-52; Mc 8, 1-9; Mt 6, 34; Mt 11, 28-30; Mt 14, 24-33; Mt 28, 20; Lc 12, 22-31; Lc 17, 21; Jn 21, 6-11; Cor 1, 10-13.

II. Lo que creas es lo que atraes

Ley de la fuerza de las creencias

Aquello en lo que creas firmemente se producirá en tu vida. William James: la creencia es la creadora del hecho real. Henry Ford: “tanto si cree que puede, como si cree que no puede, está en lo cierto”.

Mt 9, 29; Mt 17, 20-21; Mt 21, 21-22; Mc 11, 23; Lc 17, 6; Jn 14, 12.

Ley de las expectativas

Todo lo que esperes con certeza e intensidad se convertirá en una profecía que se cumple. La autoexpectativa (efecto galatea) es el determinante de tu logro. Fuentes de las expectativas: los padres, los jefes, el cónyuge, hijos, empleados y uno mismo

Mt 7, 7-8; Mc 4, 24; Rom 8, 15-18

Ley de la atracción

Somos imanes vivientes, atraemos a las personas y circunstancias que están en armonía con nuestros propios pensamientos y creencias. Se basa en el principio de resonancia. Cuanta más carga emocional ponemos más vibración transmitimos y mayor rapidez en atraer hacia nosotros las circunstancias y personas que nos ayudarán a conseguir lo que queremos.

Mt 7, 7-8; Mt 7, 12.

Principio de globalización

Una cosa atrae a la otra, las circunstancias se atraen. Todo el universo conspira para ayudarle a lograr el objetivo que se marque.

Mt 7, 11; Rom 8, 15-18

Ley de la abundancia

Hay suficiente para todos. No existe tal cosa como la escasez en esta vida. Por eso las personas de éxito dicen que cualquiera puede alcanzar lo que ellos han alcanzado si realmente lo quiere.

Mt 10, 9-10; Mc 6, 33-34; Mc 14, 3-9; Lc 6, 38; Jn 6, 5-13

III. No basta con creer, hay que hacer

Ley de la causa y el efecto

Todo tiene una causa específica. Si existe un efecto que quieres alcanzar, observa cuáles son sus causas, reprodúcelas con toda su intensidad y repítelas, de forma que se producirá tal efecto deseado.

Mt 7, 7-8; Lc 6, 37-38; Lc 6, 44; Lc 11, 9-10; Jn 15, 2.

Ley de la siembra y la recogida

Obtienes lo que siembras. Todo lo que sucede en tu vida viene marcado por lo que piensas: tu comunicación interior y de ahí a lo que haces provoca unos resultados multiplicados.

Mt 25, 14-30; Lc 6, 43-45; Lc 8, 18; Lc 13, 6-9; Lc 19, 11-27; Jn 15, 2; Gal 6, 7

Ley de la aceleración acelerada

Mientras más rápido e intensamente te muevas hacia tu meta, más intensamente se moverá esta hacia ti.

Mc 13, 12; Mt 25, 29; Lc 8, 18; Lc 19, 26.

Ley del magnetismo

Cuanto más éxito tengas en tu vida, más éxitos atraerás.

Mt 13, 12; Mt 25, 29; Lc 19, 26.

IV. Sólo el que persevere lo consigue

Ley de la perseverancia

Cuanto más importante es algo que queremos conseguir, más perseverantes deberemos ser.

Mt 24, 13; Lc 18, 2-8; Lc 24, 44 y 46

Ley de la acumulación

Cada gran logro en la vida es el resultante de la acumulación de esfuerzos y sacrificios pequeños que muchas veces son difíciles de apreciar a simple vista.

Mc 12, 41-44; Lc 16, 10

Ley de la perspectiva del tiempo

Las personas más exitosas en cualquier sociedad son aquellas que toman decisiones con mucho tiempo de anticipación

Mt 24, 42-51; Mt 25, 1-13

Ley de los talentos

Dedícate a aquello que te apasiona y tendrás éxito. Toda persona ha nacido con uno o varios talentos específicos, elige tu propósito vital en función de estos y serás feliz alcanzando lo que te propongas en esa actividad acorde a tus talentos.

Mt 25, 29-30; Lc 12, 39-48; Lc 12, 48; Lc 19, 26; Pe 4, 10.

Ley del kilómetro extra

El único medio seguro para alcanzar el éxito es prestar más y mejores servicios de los que se esperan de ti, sin importan cuáles puedan ser las tareas

Mt 5, 39-42. (Toda la vida de Jesús es un ejemplo de esta ley).

Ley de la gratificación retardada

Todo logro conlleva un sacrificio, y al conseguirlo es cuando podemos premiarnos. Hacerlo antes nos resta energías y motivos para perseverar en la consecución del mismo.

Todo el mensaje de Jesús contiene esta ley: la esperanza en la vida eterna. Gracias a la esperanza en la vida eterna el cristiano está dispuesto a muchos sacrificios.

El poder del compromiso

Una mujer embarazada es el mejor ejemplo del compromiso. No se puede estar un poco o un mucho embarazada, sino embarazada o no. Igual pasa con el compromiso: o se está o no se está.

Lc 9, 62; Lc 14, 33.


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