20.4.08

Cielo

En la casa de mi Padre hay muchas moradas... Va a prepararnos un sitio.

Nos ha abierto el Cielo.

Jn 17, gran texto para hacer oración ante el Sagrario. Unirse a esa oración suya.

El Cielo. 'Yo quiero'. Gran confianza. Dios no nos deja. Dios quiere...

Benedicto XVI contrapone malos-buenos, (personas buenas son las personas totalmente abiertas al prójimo). Esas palabras de la encíclica recuerdan 'el Cielo aquí en la tierra' de nuestro Padre.

Un día nuestro Padre saliendo de la sala de estar comentaba: “Josemaría, tienes un sistema para estar continuamente en el Cielo, ¿porqué no lo aprovechas?”

La gracia es la incoación de la Gloria. Gloria que vemos a través del lumen fidei.

Si se desea el Cielo, se vive ya en la tierra.

Afán del Cielo, ya lo tenemos. Vivimos en la vida de Dios, en la presencia de Dios.

Un teólogo decía que si se suprime el dogma de la Santísima Trinidad, muchos libros de espiritualidad no habría que cambiarlos y muchas personas no cambiarían la forma de rezar (porque no hablan de tratar a las tres personas de la Santísima Trinidad).

Tratar a los Tres y vivir vida trinitaria. Somos tronos de la Trinidad y nunca estamos solos.

19/03/75 nuestro Padre en Cavabianca, se sentó y comenzó a rezar en voz alta. Repasó todos los años de la historia de la Obra. Silencio absoluto. En aquella oración terminó diciendo que nunca estamos solos, que tenemos maestro y amigo.

Las “soledades”, el sentirse solos, son niñadas de adolescente... Si estamos con Dios, y conviviendo con gente en gracia de Dios…

El Cielo es para los que saben ser felices en la tierra. Hay una idea masoquista...

Personas purísimas que se han dejado impregnar completamente por Dios... Aquí está el secreto. Nuestra ascética es mística: dejar hacer a Dios.

Nuestra ascética es mística, es dejar hacer a Dios... Es descorrer cerrojos y que entre Dios.

Nadie se hace santo. Dejémonos, para que Dios obre.

Su caminar es ir a culminar lo que ya somos. La vida en Casa es maravillosa... es tan sorprendente... es dejarse llevar para culminar lo que ya estamos...

Caminamos en el camino de Dios -aunque pasemos por túneles-.

Sentirnos con Dios.

GS total plenitud de su ser... perpetua...

Tendremos que purificarnos. "Toda falsedad se deshace..."

El Cielo en la tierra... momentos de fuego purificador.

Vamos a pensar en lo que será el Cielo...

Vale la pena, vale la pena.

Nos ha dejado el camino para vivir el Cielo en la tierra: ser contemplativos. No acostumbrarnos. Levantar las miras.

Pequeños fetiches. El diablo es astuto.

(Chevrot, Simón Pedro, pp. 148-149).

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