20.4.08

Vocación

Vocación

Es la creación de Dios que se proyecta en el mundo gracias a la libertad personal.

La vocación añade a la acción creadora de Dios la libre respuesta de la criatura humana.

La vocación es la tarea concreta que Dios asigna a los hombres.

Dios nos ha querido. Y nos ha querido existiendo.

Al llamarnos a una tarea, Dios no anula nuestra actividad, sino que la estimula. Nos llama, pero debemos responderle.

Dios nos va haciendo conocer la vocación paulativamente. Vivimos la vida a cachitos.

La vocación es un diálogo.

Vocación y oración es lo mismo.

El ejemplo de B16. Aparece su vocación (de Papa) a los 79 años. Todo lo anterior en su vida tiene sentido en función de esto.

Nosotros no hemos sido llamados una vez para siempre; Jesús nos está recordando incesantemente el deber que espera de nosotros. El desarrollo de nuestra vida espiritual, así como la eficacia de nuestro apostolado, exigen por nuestra parte un constante volver a empezar.

De mi respuesta, ahora, depende mi respuesta más adelante.

Al llamarnos Dios a un estado nos ha dotado de las aptitudes que exige este estado, pero a nosotros nos toca el desarrollarlas.

La vocación es una pura sorpresa.

Vivir pendientes de Él. Oído atento, voluntad tensa.

Peligro: pensar que es un camino de cruz y de incomodidad.

No sé cuál es mi vocación. Sé la traza gorda, pero no la traza fina.

Saber captar las peticiones suaves de Dios, que habla bajito.

El hombre sólo se puede comprender en relación con Dios.

Dios nos va llevando a lo largo de los años por muchos caminos...

En la vida de una persona hay tres momentos secuenciales:

- La petición de Dios. Iniciativa. Es la primera palabra en la vocación.

- La respuesta. Es la última palabra.

- Ayuda abundante para llevar a cabo lo que pide.

A lo largo de nuestra vida se va repitiendo innumerables veces este ciclo: peticiones de Dios, respuestas personales nuestras y ayuda de la gracia (si respondemos generosamente) para llevar a cabo la tarea que nos pide.

Caminamos por un “camino de vocaciones” que dan sentido a una Vocación.

Solo en relación con Dios, la vida es verdadera.

A veces le damos a la palabra sinceridad un sentido único (contar lo malo). Decir lo bueno -gracias, mimos de Dios, respuestas generosas nuesrtas- da mucha vergüenza. Sinceridad es decir lo bueno, lo que no se puede divulgar entre los hombres.

La vocación, es un diálogo personal con Dios.

CVII GS La razón mas alta de la dignidad humana...

Diálogo, consciente, progresivo.

'Radicalidad bautismal'.

La vocación no es siempre igual. No se termina. Es dinámica, variada.

El 'no' puede cerrar el diálogo. Y es una tragedia, un destrozo. Lc 7, 30.

Podemos anular el plan divino sobre nosotros. Decir 'no' a Dios es trágico, cerramos el plan divino.

Puedo anular pequeños planes de Dios (Normas mal hechas). Decimos que sí, o decimos que no.

Con nuestra respuesta nos metemos cada vez más en la vida de Dios.

Una tentación: pensar que la vida interior es el más difícil todavía. No, cuando hay amor, las cosas cuestan menos; aunque a veces Dios permite que las cosas cuesten más (para nuestra purificación).

El lenguaje de Dios se va conociendo a medida que se responde. (Al principio hace falta un diccionario).

7/09/75 Tertulia con Don Álvaro, antes del Congreso. Pedía oraciones para el Congreso Electivo. (Habló de la vocación una persona que en pocas horas iba a descubrir en aquel Congreso su vocación): "Mio es tu nombre".

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