20.4.08

Introductoria

(Mt 11, 25)

Pedimos luces para descubrir exactamente lo que Dios quiere de cada uno de nosotros.

Dejarnos sorprender por Dios.

Todo en nuestra vida entra en los planes de Dios.

En una meditación (28/4/63), nuestro Padre, en el oratorio del cg habló de la locución del año 1931 sobre la filiación divina. Explicó que lo que no entendía entonces, lo entendió más tarde.

Dios hace descubrir el sentido de las cosas. Siempre hay algún descubrimiento en un curso de retiro, si nos ponemos a tiro.

Siempre hay puntos de re-comienzo y de comienzo.

Hemos de ver el transcurrir de nuestra vocación como un ir esperando que Dios nos descubra algo.

Todavía no lo hemos visto todo. No hemos visto todo el espíritu de la Obra.

Dios dice por boca de Ezequiel: “os daré un corazón nuevo. Infundiré un espíritu nuevo”.

Si se mete el 'todo es lo mismo'…

La vocación tiene que estar cuajada de sorpresas.

Corazón, amor y espiritu nuevo.

Que Dios ilumine vuestro corazón... (Efesios).

Entender con el corazón. Se entiende cuando se ama. Piedad de niños, doctrina de teólogos.

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