26.4.08

El alpinista


Un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua, inicio su travesia, despues de años de preparacion, pero queria la gloria para el solo, y decidió subir sin companeros.

Empezó el ascenso y se le fue haciendo tarde, y mas tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidio seguir subiendo, decidido, a llegar a la cima.

Pronto oscureció...

La noche cayó con gran pesadez en las alturas de la montaña, y ya no se podia ver absolutamente nada. Todo era negro, ninguna visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires...

Caía a una velocidad vertiginosa. Sólo podia ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad, y experimentó la terrible sensacion de ser succionado por la gravedad.

Seguia cayendo... y, en esos angustiantes momentos, le pasaran por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de su vida. Él pensaba que iba a morir.

De repente, sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos... ¡Sí!, como todo alpinisa experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima cuerda que lo sostenía por la cintura.

En aquellos momentos de inquietud, suspendido por los aires, no le quedo más que gritar con las fuerzas que le quedaban: "¡¡ayúdame, Dios mío!! ¡¡Ayúdame, Dios mío!!”

De repente, una voz grave y profunda, desde los cielos, le contesto: “¿Qué quieres que haga?"

- “Sálvame, Dios mio"

- "¿Realmente crees que te puedo salvar?”

- “Por supuesto, Dios mio”.

- “Entonces, corta la cuerda que te sostiene”.

Hubo un momento de silencio y quietud. El alpinista se aferró más aún a la cuerda y reflexionó...

Cuenta el equipo de rescate que, al día siguiente, encontró colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda... ¡¡A MEDIO METRO DEL SUELO!!...

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