6.1.08

Acostúmbrate a decir que no

Acostúmbrate a decir que no[1].

“Estamos muy inclinados a decir que sí, a todo lo que es agradable a nuestros sentidos y a nuestras potencias: y, muchas veces, eso no es lo que más agrada al Señor Por lo tanto, los buenos cristianos, en muchas circunstancias, tenemos que decir que no"[2]

El 28-X-1972, en Madrid alguien hizo la pregunta a Mons Escrivá: “¿Por qué no nos explica el punto de Camino que dice: 'acostúmbrate a decir que no'?” Respondió:

- “Tú sabes que, cuando decimos que , todo son facilidades; pero cuando hemos de decir que no, viene la lucha, y a veces no viene la victoria en la lucha, sino la derrota. Por lo tanto, nos hemos de acostumbrar a decir que no para vencer en esa lucha. Porque de esta victoria interna sale la paz para nuestro corazón, y la paz que llevamos a nuestros hogares –cada uno, al vuestro–, y la paz que llevamos a la sociedad y al mundo entero. Porque por ahí hablan de paz y no quieren pelear dentro de su alma esta pelea, que es de paz y de amor”[3].

No dejes tu trabajo para mañana[4].

“Practicad vosotros e inculcad en los jóvenes este convencimiento: en nuestro diccionario sobran dos palabras: mañana y después ¡Hoy y ahora! No dejéis la labor para luego, y haced que no la dejen Pronto llegaréis a comprender cómo, en igualdad de condiciones, y aun en inferioridad de condiciones de talento, cultura, etc , el que vence la pereza de modo habitual –hoy, ahora– es el que domina siempre El retardar –mañana, después– estropea todo el apostolado”[5].

“Hoy, ahora. No me dejéis las cosas para mañana”.

Este "hodie, nunc", que predicaba de continuo para referirse a las responsabilidades cotidianas, siendo tan inmediatamente operativo, está atravesado en San Josemaría de sentido escatológico, es decir, de urgencia en la respuesta al Dios que llama y que llega. La intuitiva traducción que un residente del hoy Colegio Mayor de La Moncloa (Madrid) –no precisamente un latinista– hizo de estas palabras, que formaban la leyenda de un repostero, divertía mucho a San Josemaría. Era teológicamente certera: "hoy o nunca" .

En Surco (n. 155) da la razón de fondo de su pensamiento: “Siempre he pensado que muchos llaman ‘mañana’, ‘después’, a la resistencia a la gracia”.

Di que no a la comodidad y al capricho, para decir sí al dominio propio y a la fortaleza. Cumple un horario.

Di que no al ego-ísmo, para decir sí a Dios y al servicio a los demás. Vive tu plan de vida de piedad.

Di que no a la autosuficiencia, para decir sí a la caridad. ¿Has ido ya a visitar a enfermos, pobres, necesitados y llevarles un poco de consuelo, de compañía…?

Di que no a la impureza, para decir sí a la vida limpia, alegre y generosa. Da ejemplo de lo que es un hombre auténtico.


[1] Camino, n. 5.

[2] Notas de una tertulia, Lisboa 4-XI-1972; AGP, sec A, leg 51; también en AGP, sec P, leg 4, 1972, pg 353.

[3] Notas de una tertulia, Madrid 28-X-1972; AGP, sec A, leg 51.

[4] Camino, n. 15.

[5] San Josemaría, Instrucción, 9-I-1935, nº 46.