28.1.08

Entrevista con Weigel

Nacido en Baltimore (Maryland, EEUU) en 1951, el teólogo y escritor George Weigel recibió el Doctorado Honoris Causa en la Universidad Abat Oliva CEU de Barcelona (14/11/2007). Conocido por su biografía de Juan Pablo II (Testigo de esperanza) y por numerosos ensayos, hablamos sobre el asunto del congreso que inaugurará en el CEU madrileño: los católicos y la vida pública.

¿Cómo explicar a una sociedad secularizada que la Iglesia es garante de los derechos humanos?

No pienso que sea cuestión de explicar, sino de hacer. Tratándose de asuntos como el aborto o la eutanasia, la Iglesia católica no trata de convencer de que hay tres Personas y un solo Dios, dos naturalezas y una persona en Cristo, del primado del Papa o de la estructura jerárquica de la Iglesia, sino que expone el argumento moral de que el derecho a la vida es inviolable, desde la concepción a la muerte natural. Sabemos lo que pasa cuando el Estado pretende arrogarse el derecho de dejar fuera de la protección legal de la sociedad a ciertos grupos: que terminan por matarlos. Es lo que pasó en Europa a mediados del siglo XX, es lo que pasa hoy en Holanda con las leyes de eutanasia. Y nadie necesita tener fe religiosa para entenderlo. Podemos demostrar, sin recurrir a argumentos teológicos, esta verdad moral.

Pero la Iglesia no siempre ha sido adalid de la democracia...

Es cierto que en parte de Europa, el proyecto democrático surgió como un proyecto contra la Iglesia, contra el Antiguo Régimen, etc. Pero eso es el pasado. El presente es la realidad de que la Iglesia es una fuerza liberadora en la sociedad: las de Polonia, Checoslovaquia, Ucrania, etc., fueron revoluciones en nombre del cristianismo. Hay que dejar de pensar en 1789 (Revolución Francesa) y pensar en 1989 (caída del Muro).

Los políticos que se dicen católicos, en España, no defienden la vida o la familia...

En toda Europa la gente tiende a ignorar el hecho más obvio sobre este continente: que se está muriendo. No se puede vivir generación tras generación por debajo del índice de relevo generacional. El tedio espiritual es una de las razones por las que la fertilidad se ha hundido en Europa. Cuando la gente está espiritualmente agotada, cuando no tiene confianza en el futuro, deja de crear el futuro, en el sentido más elemental. En 10 ó 20 años no se podrá mantener el sistema de bienestar europeo, porque no habrá gente suficiente para pagarlo. El intento de fundar una sociedad basada en el aburrimiento espiritual, se encontrará con dificultades insalvables. Y los políticos que no quieren hablar de ello son ciegos.

¿Qué opina de que el Gobierno trate de imponer su forma de entender la “ciudadanía”?

Un Estado democrático no puede crear por sí mismo las condiciones morales que hacen posible la democracia: conciencia de la dignidad humana, independencia de los poderes, libertad religiosa. Proceden de otra parte: de las familias, las asociaciones. Históricamente, han procedido del cristianismo. Es profundamente antidemocrático tratar de cambiar los fundamentos de la sociedad civil marginando a la Iglesia. Da la impresión, desde lejos, de que en España se está volviendo a poner una cinta de vídeo grabada en los años 30 del siglo pasado: el intento secularizante de remodelar a los seres humanos. Y eso no funcionó en España, no funcionó en otros regímenes autoritarios, y tampoco en la Unión Soviética. ¿Por qué hay gente que no lo entiende?

Argumentan que los católicos son malos ciudadanos porque no reconocen “derechos humanos” como el “matrimonio homosexual”...

Es un profundo error pensar que la tolerancia consiste en ignorar las diferencias, incluyendo las diferencias de juicios morales. El matrimonio ha sido lo que es durante cinco mil años, y no se puede tratar de cambiar su significado para satisfacer a una ideología. Sencillamente, el Estado no puede definir qué es el matrimonio, sólo puede reconocerlo como un hecho social que existe antes que el Estado. Y si el Estado trata de definir la realidad de esa forma, está siendo intolerante en nombre de la tolerancia.

¿La ideología de género será una anécdota en la historia?

Me parece que está habiendo una amplia reacción, también por parte de las mujeres, frente a los excesos de la ideología feminista. Negar los instintos naturales de los hombres y mujeres, y su complementariedad, no puede ser terriblemente atractivo. El problema principal aquí es la fertilidad. Si los europeos no tienen hijos, no se va a crear un vacío demográfico: Europa será ocupada por otra población. (SANTIAGO MATA)

Fuente: http://www.gaceta.es/ 15/11/2007

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