6.1.08

La Voluntad de Dios

Hay un querer de Dios común y universal: la salvación, la santidad.

Estar dispuestos a cumplir la voluntad de Dios. Querer.

¿Qué medios tengo que poner para cumplir la voluntad de Dios?

I.

Porque ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación” (1 Tes 4, 3).

La Voluntad de Dios, el querer de Dios es claro: que sea santo, que sea feliz, que logre llegar al Cielo después de vivir una vida como hijo suyo aquí en la tierra.

II.

¿Qué significa “querer cumplir la voluntad de Dios”? Querer colaborar con la gracia de Dios para ser santos, para llegar a ser la mejor persona posible por amor a Dios y por amor a los demás. Significa salir de nosotros mismos, vaciarnos de nuestros egoísmos, de nuestro yo egocéntrico para que la gracia de Dios entre en nuestra alma y nos transforme.

Algunas veces Dios nos da su gracia, no solo sin tener nosotros ningún mérito bueno, sino teniendo, por el contrario, mucho méritos malos. Esto lo podemos ver todos los días” (San Agustín, Tratado de la gracia y del libre albedrío, 6, 13).

Puedo querer o no querer que mi voluntad coincida con la de Dios. Somos libres. Dios está de continuo junto a nosotros, y tiene un plan para cada uno, y ha pensado en todos los detalles.

Algunos piensan que Dios, después de la creación, se ha “retirado” y ya no muestra interés alguno por nuestros asuntos de cada día. Según este modo de pensar, Dios no podría intervenir en el tejido de nuestra vida cotidiana; sin embargo, en las palabras de Jesucristo encontramos la respuesta contraria. Un hombre abierto a la presencia de Dios se da cuenta de que Dios obra siempre y de que también actúa hoy; por eso debemos dejarle entrar y facilitarle que obre en nosotros. Es así como nacen las cosas que abren el futuro y renuevan la humanidad” (Card. J. Ratzinguer, Ossertavore Romano, 7/10/02)

Es fácil pensar que nuestra vida es como una película en la que nosotros somos los actores principales, los protagonistas de una historia fascinante. Pero somos los actores, no los directores ni los guionistas. El guionista de la película es Dios. Poco a poco nos va desvelando la trama. Podemos aceptar seguir con el papel, o buscar otro guión y otro director que nos guste más. Somos libres.

Dios nos invita a participar de sus planes, no nos obliga. Dios no quiere siervos ni esclavos, quiere hijos.

III.

El primer medio que tengo que poner para descubrir la voluntad de Dios es la oración sincera.

Cuando el Arcángel Gabriel fue enviado por Dios a Nazaret, a casa de María, la encontró recogida en oración... Y, no fue una casualidad. La Virgen debía pasar muchos ratos hablando con el Señor. Dios quería preguntarle a la Virgen si estaba dispuesta a ser la Madre del Mesías. Aquello a la Virgen le sorprendió y se asustó. Pero confió totalmente en Dios y conocemos bien su respuesta: "¡He aquí la esclava del Señor!".

Una madre de familia descubrió que Dios le estaba pidiendo más generosidad (…) porque a raíz de una desgracia familiar (el diagnóstico de una enfermedad a uno de sus hijos pequeños) comenzó a rezar y a acudir con frecuencia a los sacramentos. Su vida interior se transformó radicalmente. No rezaba sólo pidiendo la curación de su hijo. Rezaba diciéndole a Dios que le hiciera ver su voluntad en esa enfermedad y le diera fuerzas para aceptarla y quererla[1].

El segundo, los sacramentos: la Eucaristía y la Penitencia. ¿Cómo no va a estar unido espiritualmente a Dios y conocer lo que desea quien se une físicamente a Él recibiéndole en la comunión cada día, o con frecuencia? ¿Cómo no va a conocer lo que Dios quiere de ella una persona que recibe la absolución sacramental con frecuencia…?

Y el tercero, la dirección espiritual. Es el medio ordinario del que se sirve Dios para que los hombres descubran su camino particular en la tierra.

Dios nos manifiesta su voluntad por sus inspiraciones. No quiere, sin embargo, que distingamos por nosotros mismos si lo que nos ha inspirado es o no voluntad suya, menos aún que sigamos sus inspiraciones sin discernimiento. No esperemos que Él nos manifieste por Sí mismo su voluntad, o que envía ángeles para que nos las enseñen sino que quiere que en las cosas dudosas y de importancia recurramos a los que ha puesto sobre nosotros para guiarnos[2].

Disposiciones para que sea útil: confianza, fe y humildad.




[1] La Vall, 14/06/06

[2] San Francisco de Sales, Amor de Dios, 8, 10.