22.1.08

Libertad y obediencia

La obediencia es teonomía participada.

Qué es la libertad, CIC 1731.

Sin norma, la libertad pierde su norte. (Un esclavo puede ser libre).

El uso cuerdo de la libertad exige saber lo que se quiere.

Cfr. Veritatis Splendor 41.

Cfr. Gaudium et Spes 17.

"Dios que es la Verdad, dirige en todas partes a todos los que le preguntan (...) Dios responde con claridad, pero no todos entienden con claridad. Todos preguntan lo que quieren, pero no todos oyen siempre lo que quieren. El que mejor escucha y obedece a Dios es el que no se preocupa de oirle decir lo que desea, sino el que se esfuerza por querer lo que Dios le dice" (San Agustín, Confesiones, Ed. Palabra 1974, p. 210).

¿Se puede obedecer a Dios si no se le escucha? Obediencia viene del latín od-audire, que significa escuchar. Quien mejor escucha es el que mejor obedece. Hoy se estima poco esta virtud, entre otras cosas porque a cada uno le interesa escuchar lo que más le conviene. Se quiere ser libre, gozar de independencia, para hacer el propio gusto sin prestar oidos a los que la conciencia pueda dictar en cada momento.

¿Cómo escuchar y saber lo que Dios me pide? Cfr 1 Sam 3, 10.

"El hombre se afirma a sí mismo de manera más completa dándose. Si privamos a la libertad humana de esta perspectiva, si el hombre no se esfuerza por llegar a ser un don para los demás, entonces esta libertad puede revelarse peligrosa. Se convertirá en una libertad de hacer lo que yo considero bueno, lo que me procura un provecho o un placer, acaso un placer sublimado" (Juan Pablo II, Cruzando el umbral de la esperanza. Ed. Plaza y Janés, Barcelona 1994, p. 200).

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