6.1.08

El valor de la Santa Misa

Fuente: de una conferencia del P. Loring S.J.

Un ignorante en un museo. No valora los cuadros porque no tiene cultura.

Voy a Misa porque valoro la Misa. Yo hago lo que valoro, no lo que tengo ganas. El ejemplo de una madre con un hijo enfermo, que valora a su hijo que está grave.

No se trata de sentimientos, sino de valores.

No me dice nada. Poca cultura religiosa. El que tiene cultura religiosa y la valora, le dice, y le dice mucho. En un museo. Para valorar el museo hace falta tener cultura. El que no tiene cultura pasa de largo en un museo. No sabe valorar los cuadros que hay en el museo.

Las joyas no pierden valor porque haya personas que no saben valorarlas. Lo que vale no deja de valer porque haya personas que no saben valorarlas. Quien no valora la misa es por falta de cultura.

Me aburro. A misa no vamos a divertirnos. En una diversión, si me gusta voy y si no me gusta no voy: el futbol, los toros. Si me gusta voy y si no me gusta no voy. Se trata de una obligación. Tengo que hacerlo. La obligación hay que cumplirlo. Tengo que hacerlo porque es una obligación. Para un estudiante ir a clase es una obligación. Al estudiante no tiene porque divertirle la clase. Lo que es obligatorio hay que hacerlo. La Misa es una obligación religiosa. Somos personas humanas que conocemos a Dios y la persona que conoce a Dios tiene obligación de darle culto. Los animales no conocen a Dios y no tienen que dar culto a Dios.

Como conozco a Dios tengo obligación de darle culto y de adorar a Dios y el acto oficial de culto a Dios es la Misa. Rezar personalmente es dar culto privado. Formamos parte de la colectividad del pueblo de Dios y como miembro hay que unirse al acto colectivo oficial de adoración, que es la Santa Misa. No solo tengo que dar culto a Dios privadamente, sino también colectivamente.

Y esto lo hago voluntariamente. A veces no coincide lo voluntario con lo apetecible. Hago las cosas voluntariamente aunque no tenga ganas. A veces ir a misa no sale apetitosamente. Aunque no tenga ganas, voy voluntariamente, porque la voluntad no siempre coincide con las ganas. Un ejemplo: voy al dentista voluntariamente pero no de buena gana. Las ganas no siempre coinciden con la voluntad.

Si la misa es el acto colectivo de culto a Dios lo lógico es ir de buena gana. Todo hijo bien nacido da a su padre muestras de cariño de buena gana. (Una muchacha que se enfada con su madre y hay que forzarla para que de un beso a su madre). Lo raro es que haya que forzar a una persona para que tenga muestras de afecto con sus padres. Lo normal es ir de buena gana a Misa. Yo haré de buena gana ir a Misa cuando yo sé lo que vale una Misa.

En España hay costumbre de organizar misiones en los pueblos y en las ciudades. Una vez fueron 800 misioneros a misionar Barcelona. Son días de culto, de evangelización: bautizos, predicación… En Torrevieja, (Alicante), se distribuyó el trabajo. A uno le tocó ir al casino a hablar a la juventud mayor de 16 años. En la hora de comer, otro misionero, uno cuenta: hoy hablando a los muchachos se me ha ocurrido una idea impactante. Les he dicho que una misa vale tanto que si a mi me dieran un millón de pesetas para que no diga misa, dejo el millón de pesetas, no dejo la misa. Los chicos estaban impactados.

La semana siguiente, otro cura cuenta la historia ante matrimonios jóvenes. “A mi me dan un millón, y dejo el millón”. “A mi me dan 10 millones…” me parece poco… “A mi me dan 1000 millones…”. El bien que yo podría hacer repartiendo 1000 millones… Hago más por la humanidad diciendo misa que repartiendo mil millones, porque 1000 millones es una cantidad limitada. Antes o después se acaban. La misa tiene un valor infinito. Yo hago más por la humanidad diciendo una misa que tiene valor infinito que repartiendo 1000 millones.

Un padre dominico español –Royo Marín- en uno de sus libros dice “una sola misa glorifica a Dios mas que toda la gloria que le dan todos los santos del cielo incluida la Santisima Virgen durante toda la eternidad”. La gloria que dan a Dios los santos es gloria de criaturas. La Virgen María, es criatura, la perla de la creación. La gloria de las criaturas vale menos que la santa misa que es reactualización de la redención de la humanidad hecha en la Cruz. En la Misa reactualizamos lo más grande de la historia: la muerte de Cristo en la Cruz para redimir a la humanidad. Tiene valor infinito. No hay nada que valga más en el mundo.

Una vez en Barcelona. Antes los viajes se hacían en trenes por la noche. Expreso Barcelona-Sevilla desde las 11 de la noche hasta las 6 de la tarde. Antes el ayuno comenzaba a las 12 de la noche y no podías tomar nada. Un sacerdote coge el tren a las 11 de la noche. Intenta dormir por la noche. Llega el desayuno y la gente iba sacando sus bocadillos. Y el cura con su libro. Al mediodía igual. La gente ofrecía bocadillos… explica que va a decir misa en Sevilla. Llegan con retraso. Va a su casa… dice Misa y desayunó, comió y cenó a las 10 de la noche. Yo no me quedo sin Misa, me quedaré sin comer… pero sin Misa, no. Sabiendo lo que vale una Misa. Tiene que haber una causa que te lo impida… pero, pudiendo, la Misa es lo que más vale en el mundo.

Una persona que tiene cultura religiosa no pierde la Misa por nada del mundo.