6.1.08

Formación y dirección espiritual

- Existe una leyenda de los indios “pieles rojas”. Cuentan cómo un indio encontró un huevo de águila y lo cambió a un nido de gallinas. El aguilucho salió del cascarón con los pollitos y creció junto con las gallinas.

Toda su vida, el águila cambiada -pensando que era una gallina- hizo todo lo que hacían las gallinas: escarbaba la tierra buscando semillas, excrementos o insectos para comer. Cacareaba y cloqueaba. Y volaba a unos palmos del suelo, en tramos de pocos metros. Después de todo, así es como deben volar las gallinas.

Pasaron los años, y el águila cambiada envejeció. Un día vio un magnífico pájaro, a gran altura en un cielo completamente despejado. Sostenido por las poderosas corrientes de viento, de aspecto majestuoso, se elevaba con imperceptibles movimientos de sus doradas y fuertes alas. "¡Qué hermoso pájaro!" dijo el águila cambiada a su vecino. "¿Qué es?" "Es un águila, la reina de los pájaros", cloqueó el vecino. "Pero ni lo pienses. Nunca podrías ser como ella." Y el águila cambiada no volvió a pensar en ello. Y murió creyendo que era una gallina.

Es muy fácil vivir toda la vida pensando que somos gallinas cuando en realidad somos águilas. Pero si hacemos eso nos engañamos y engañamos a los demás.

- Crecemos físicamente. Y eso lo hacemos solos. No necesitamos que nadie nos estire. Pero tenemos que crecer sobre todo como personas, interiormente. Para ser felices, debemos conseguir virtudes (laboriosidad, fortaleza, sinceridad, generosidad, caridad…). Hemos de formarnos: darle forma a nuestra personalidad, modelar nuestra personalidad, nuestro modo de ser, nuestro carácter. Y para esto nos ayudan mucho los medios de formación bien aprovechados. ¿Cuáles son esos medios de formación? Las charlas, las meditaciones, la dirección espiritual. ¿Cómo se aprovechan bien? Si no asistimos como quien se pone delante de la tele a ver qué echan.

- ¿Son eficaces? Siempre. No fallan nunca. Nos ayudan a mejorar porque nos ponen metas, objetivos, ideales.

- Todos necesitamos que nos ayuden para que lleguemos a ser cristianos auténticos, para que vivamos conforme a lo que somos: hijos de Dios.

- Dios recomienda los medios de formación y la dirección espiritual. “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni va por la senda de los descarriados, ni se sienta en el banco de los pérfidos, mas se complace en la ley de Yavé, su ley medita día y noche. Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da fruto a su tiempo y jamás caen sus hojas; todo cuanto hace sale bien” (Sal. 1, 1-3).