6.1.08

Templanza y desprendimiento

La templanza es la virtud que modera y ordena la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos.

Sto. Tomás escribe en la Summa Teológica: "La templanza, que implica moderación, consiste principalmente en regular las pasiones que tienden a los bienes sensibles, y esto es la concupiscencia y los placeres, e indirectamente a regular las penas y los dolores que derivan de la ausencia de estos placeres" (qaestio 2, articulum 2). La persona templada es por tanto aquella que se esfuerza por resistir a la atracción de las pasiones y de los placeres, en particular de los sensuales, cuando devienen excesivos.

La templanza implica diferentes virtudes como son: la castidad, la sobriedad, la humildad y la mansedumbre.

La lujuria, la gula y los deseos desordenados de placer dan lugar a una ceguera del espíritu que incapacita para ver los bienes del espíritu y quita la fuerza de la voluntad. En cambio, la sobriedad nos hace capaces y nos dispone para la vida espiritual. No muere el alma porque le falte algo sino porque algo la envenena.

¿Por qué nos interesa fomentar la virtud de la templanza?

1. Porque las personas templadas son más libres, y por lo tanto más felices. “Todo nuestro descontento por aquello de lo que carecemos procede de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos” (Daniel Defoe)

2. Porque la falta de templanza genera vicios entre los cuales se distinguen los pecados capitales. “La primera víctima de la destemplanza es la propia libertad” (Séneca)

3. Porque se llega a ser feliz y se alcanzan metas insospechadas, cuando uno mismo es dueño de sus actos. “Un hombre desenfrenado no puede inspirar afecto;
es insociable y cierra la puerta a la amistad
” (Sócrates)

4. Porque la templanza se apoya en la humildad, la sobriedad, mansedumbre y la castidad, virtudes necesarias para imitar a Jesús.

5. Porque somos seres racionales que debemos ordenar nuestras pasiones hacia nuestro fin para ser realmente felices.

6. Porque toda actitud iracunda y descompuesta es claro indicio de que, en lugar de dominar la situación, somos su víctima.

Vivir la templanza significa:

1. Esforzarse diariamente por ser mejor.

2. No ceder ante los gustos, deseos o caprichos que pueden dañar mi amistad con Dios.

3. Estar alegre al saber que puedo dominarme y ser mejor.

4. Ser dueño de sí mismo, del propio actuar.

5. Congruente con lo que pienso, digo y hago.

6. No justificarse ni dar falsos pretextos.

7. Conocer las propias debilidades y evitar caer en circunstancias que pongan en peligro mi voluntad.

8. Es vencerse al deseo del placer y la comodidad por amor y con inteligencia.

9. La persona moderada orienta y ordena hacia el bien sus apetitos sensibles, no se deja arrastrar por sus pasiones

¿Qué facilita vivir de esta virtud?

1. La humildad que le ayuda a reconocer sus propias insuficiencias y cualidades y aprovecharlas sin llamar la atención.

2. La sobriedad que le ayuda a distinguir entre lo que es razonable y lo que es inmoderado y le ayuda a utilizar adecuadamente sus sentidos, sus esfuerzos, su dinero, etc. de acuerdo a criterios rectos y verdaderos.

3. La castidad que le ayuda a reconocer el valor de su intimidad y a respetarse a si mismo y a los demás.

4. La mansedumbre que le ayuda a vencer la ira y a soportar molestias con serenidad.

5. El conocimiento de las propias debilidades.

6. La formación de una conciencia recta y delicada.

7. El avance de la capacidad moral que ayuda a distinguir entre lo realmente necesario y los caprichos.

8. El diálogo en familia que le ayude a comprender mejor la forma en que se debe actuar ante las diferentes situaciones.

9. El conocimiento de los propios dones y capacidades.

10. El hacer sacrificios y mortificaciones por Dios y por los demás.

11. Carácter reflexivo que le invita a pensar antes de dejarse llevar pos sus emociones deseos o pasiones.

¿Qué dificulta vivir esta virtud?

1. La sociedad materialista y utilitaria que nos lleva a conseguir todo lo que deseamos.

2. El egoísmo.

3. El permisivismo que nos deja actuar pasando sobre los derechos de los demás.

4. El deseo de comodidad que nos lleva a buscar una vida fácil y sin compromiso.

5. Falta de conocimiento de las propias debilidades.

6. No encontrar a Dios como Fin ultimo de nuestra vida.

7. No contar con la virtud de la Fortaleza. Fuerza de voluntad.

8. Egoísmo que lleva a querer tener y hacer de todo, sin pensar que eso no es lo mejor para la propia naturaleza.

9. El desorden que me impide distinguir entre lo realmente necesario y lo superficial y evita que ordenemos rectamente las pasiones a la voluntad.

10. Clima de nerviosismo que lleva a desahogar la tensión a través del exceso en ciertos aspectos.

11. Conciencia laxa, permisiva, o mal formada